Mitzpe Hila, Israel. AFP Gilad Shalit descansó ayer en su casa de Mitzpe Hila (norte de Israel) y recibió muestras de afecto de vecinos y forasteros, tras recobrar el martes su libertad después de más de cinco años de cautiverio en Gaza.
Sonriente, con gafas de sol y una gorra, el joven sargento de 25 años salió por la mañana a pasear un rato alrededor de su casa acompañado de su madre Aviva.
Previamente, el joven fue examinado por unos médicos militares, que se desplazaron a su casa.
El Ejército ha permitido al suboficial que permanezca un tiempo con su familia, antes de interrogarlo sobre las condiciones en que estuvo prisionero.
La Policía mantenía ayer un cordón de seguridad alrededor del domicilio del joven, para impedir a periodistas y curiosos que se acerquen a él y le hagan preguntas.
“Va bien. Gilad ha dormido bien, pero necesita tiempo”, afirmó a la prensa su padre Noam al ir a hacer las compras.
“Gilad necesitará un período de intimidad para restablecerse”, añadió su progenitor.
“Estoy feliz de constatar que Gilad ha empezado a tener una vida normal”, declaró el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, según el diario web Ynet .
En las calles de Mitzpe Hila, los habitantes, vestidos todavía con las camisetas del comité de apoyo a Gilad Shalit, tomaron escobas y sacos para basura para limpiar los restos de la fiesta del martes, montada para recibir al joven.