Serie de atentados de al-Qaeda en Iraq cobra al menos 58 vidas

Otras 118 personas resultaron heridas en las explosiones

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Bagdad. AFP. Al menos 58 personas murieron y otras 118 resultaron heridas en una serie de atentados perpetrados ayer en Iraq, seis de ellos en la capital contra la comunidad chiita que dirige el país desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003.

Estos atentados en cadena se producen, además, unos días después de que las autoridades iraquíes y estadounidenses anunciaran la muerte de los dos principales jefes de al-Qaeda en el país.

En apenas dos horas y según un método que lleva la marca de al-Qaeda, una serie de autos bomba estallaron en Bagdad.

Dos atentados con carro bomba contra un centro del movimiento radical sadrista y un mercado en Ciudad Sáder, un barrio pobre chiita del norte de la capital, causaron 39 muertos y 56 heridos, según una fuente del Ministerio de Interior.

Otros tres atentados tuvieron como blanco mezquitas chiitas. Al comienzo de la oración del viernes, cinco personas murieron y otras 14 resultaron heridas al estallar un carro bomba frente a la mezquita chiita Abdel Hadi Chalabi, en el barrio norte de Hurriya, añadió la fuente.

Otro auto bomba hizo explosión cerca de la mezquita chiita Mohsen al-Hakim, en al-Amin, en el este de Bagdad, y causó ocho muertos y 23 heridos.

Un artefacto colocado detrás de la mezquita chiita al-Sadrein, en Zaafaraniya, en el centro de la ciudad, dejó seis heridos.

Tres ataques más se produjeron en un mercado cerca de la calle Haifa (centro), Dora (sur) y Siyadiya (centro), que dejaron un total de 16 heridos.

Por otra parte, seis personas, entre ellas una mujer, un niño y un militar, perdieron la vida en cuatro explosiones contra viviendas en Jaldiya, a 75 km al oeste de Bagdad, informó la Policía iraquí.

Tras estos actos, el jefe radical chiita Moqtada Sáder, instalado en Irán, pidió a su milicia, el ejército del Mahdi, asegurar la protección de las mezquitas. Con marca. Estos atentados, aun no reivindicados, tienen la marca de al-Qaeda, organización que juzga ilegítimo que la comunidad chiita “apóstata” gobierne Iraq tras 80 años de dominio sunita.

Parecen una respuesta a la operación conjunta de las fuerzas iraquíes y estadounidenses que se saldó con la muerte del jefe político de al-Qaeda, Abu Omar, y del jefe militar, Abu Ayub al Masri, así como del jefe militar de la organización para el norte de Iraq.

El jueves, el portavoz de la comandancia militar de Bagdad, el general Qassam Atta, afirmó que el arresto en marzo del jefe de al-Qaeda para Bagdad permitió la operación “Salto del León”, en la que murieron los dos jefes de la organización y facilitó la captura de otros 86 de sus miembros.

Estos atentados coinciden con un vacío de poder político causado por las negociaciones para la formación de un próximo gobierno, después de las elecciones legislativas del 7 de marzo.

Tras las elecciones, la rama iraquí de al-Qaeda amenazó con proseguir su campaña de violencia, atacando a los partidos políticos de Iraq.

Los últimos atentados que sacudieron Bagdad se produjeron el 6 de abril. Al menos 35 civiles murieron y 140 resultaron heridos en seis ataques contra viviendas residenciales. Las autoridades acusaron a al-Qaeda.