San Salvador. ACAN-EFE. Centroamérica necesita $4.400 millones para reconstrucción de los daños causados por las lluvias de octubre y prevenir nuevos desastres provocados por el cambio climático, indica un informe de la Cepal, presentado ayer al Grupo Consultivo de la comunidad internacional.
Mario Zapata, jefe de la Unidad de Evaluación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dijo que, aunque las pérdidas por el temporal lluvioso que azotó a la región a mediados de octubre suman $2.000 millones, solo para “el proceso de rehabilitación y reconstrucción” se necesitan más de $4.200 millones.
“Y si añadimos a esas necesidades de rehabilitación y reconstrucción, propuestas de proyectos que vienen en torno al tema de la gestión del riesgo y desastre, y a enfrentar de manera preliminar los eventos asociados a la adaptación al cambio climático, llegamos a identificar casi $4.400 millones de necesidades”, agregó Zapata, durante la reunión de los presidentes con el Grupo Consultivo.
Sin embargo, aclaró que es “una estimación preliminar que va a requerir una segunda etapa de un trabajo mucho más profundo y que ciertamente será la tarea que tenga que llevarse a cabo por el seguimiento a este Grupo Consultivo”.
Los jefes de Estado del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) están reunidos en San Salvador con el Grupo Consultivo, integrado por países y organismos amigos, para solicitarles ayuda destinada a la reconstrucción de Centroamérica luego de los daños provocados por la depresión tropical 12-E en octubre, que dejó miles de damnificados en la región.
Conforme al experto de la Cepal, las lluvias afectaron directamente a 2,6 millones de personas en la región, las cuales, en su mayoría, son de El Salvador, manifestó.
Durante el discurso de inauguración del evento, el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, dijo que la región clama por ayuda externa no solo con fondos, sino con colaboración técnica y tecnológica para la reconstrucción.
Advirtió que este proceso exige montos que sobrepasan “las capacidades fiscales de cada uno de los países de la región”.