Régimen disipa sueño de transición en Yemen

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Saná. AFP. El régimen yemenita frustró la esperanza de la oposición de una transición rápida del poder, al anunciar que el presidente Alí Abdalá Saleh, hospitalizado en Arabia Saudí, volverá a Saná en los “próximos días”.

Responsables saudíes indicaron el fin de semana que Saleh volvería al cabo de una convalecencia de 14 días, lo que los “jóvenes de la revolución” vieron como una partida definitiva del jefe de Estado.

Sin embargo, el vicepresidente Abed Rabbo Mansur Hadi frenó su entusiasmo, al declarar que Saleh se “recupera bien” de sus heridas y “volverá en los próximos días”.

En ausencia de Saleh, la tregua propuesta por el rey Abdalá de Arabia Saudí y negociada por Mansur Hadi con el poderoso jefe tribal de los Hached, jeque Sadek al-Ahmar, seguía vigente ayer en Saná.

En una declaración común, Berlín, París, Londres, Madrid y Roma exhortaron a los yemeníes a “respetar la tregua iniciada por el rey de Arabia Saudí”.

En una reunión con los embajadores europeos, el vicepresidente yemenita dijo ayer que la consolidación de la tregua era la “prioridad número uno”, indicó la agencia oficial Saba .

Por su parte, el mediador del Golfo, Abdellatif Zayani, anunció que estaba dispuesto para reactivar su mediación en Yemen.

La “iniciativa del Golfo sigue ofreciendo la solución apropiada” a la crisis, dijo Zayani en un texto.

El 23 de mayo, la CCG suspendió su mediación, debido al rechazo del presidente Saleh a firmar el acuerdo de transición, que preveía su alejamiento del poder.

En el terreno, la tregua seguía vigente a pesar de un incidente menor. Allegados del jeque Sadek al-Ahmar acusaron a francotiradores del régimen de haber matado a tres hombres, cerca de su residencia en el norte de la capital.

En la noche, mientras se negociaba la tregua, dos hombres fueron ultimados después de atacar un retén en Saná, instalado por soldados del general disidente Alí Mohsen al-Ahmar y matar a tres personas, entre ellas un soldado.

Ayer, en la mañana, no se registraban combates en la capital, pero las rutas estaban cortadas por retenes de militares o de partidarios del jeque Ahmar.