Londres. AFP, AP. La Policía de Londres desplegó ayer 1.200 agentes más en las calles para reforzar la seguridad tras el brutal asesinato –el miércoles– de un soldado por parte de dos supuestos militantes islamistas.
La medida siguió al anuncio de dos detenciones más de sospechosos del homicidio, que el primer ministro David Cameron calificó como un “ataque contra el Reino Unido” y “una traición al islam y a las comunidades musulmanas” del país porque “no hay nada” en esa religión que lo justifique.
La víctima fue oficialmente identificada como Lee Rigby –padre de familia de 25 años con un hijo, de dos años–, quien sirvió en Afganistán en 2009, y trabajaba actualmente en el equipo de reclutamiento del Regimiento Real de Fusileros en Londres.
Para “tranquilizar” a la ciudadanía y evitar incidentes, Scotland Yard envió 1.200 agentes adicionales a “lugares clave” de Londres, incluyendo “locales religiosos, transportes y zonas concurridas”.
En las horas posteriores al asesinato, unos 250 militantes antiislamistas de la Liga de Defensa Inglesa se enfrentaron con la Policía en Woolwich Arsenal, y dos hombres fueron detenidos cuando presuntamente querían atacar mezquitas.
Las autoridades ya habían reforzado la seguridad en torno al cuartel de Woolwich, sede de las competiciones de tiro durante los recientes Juegos Olímpicos, y en todos los cuarteles de la capital.
Sospechosos. La Policía, que continuaba sus investigaciones tras la detención de los dos presuntos autores materiales del homicidio, anunció que arrestó a otras dos personas, un hombre y una mujer, los dos de 29 años, como sospechosos de “conspiración para asesinar”.
Los dos principales sospechosos, de 22 y 28 años, continúan en “condición estable”, custodiados por guardias armados en dos hospitales de la ciudad, adonde fueron trasladados tras haber sido heridos por la Policía. Sus vidas no corren peligro, precisó Scotland Yard.
Los dos jóvenes, que según la prensa local son británicos de origen nigeriano, mataron el miércoles a Rigby, en pleno día, en una calle cercana a un cuartel del barrio de Woolwich, en el sureste de Londres, antes de justificar sus actos con argumentos religiosos.
Algunos testigos citados por medios locales dijeron que los agresores atropellaron primero con su coche al soldado, quien iba de civil, antes de acuchillarlo.
Ambos eran conocidos por los servicios de seguridad británicos, una posibilidad mencionada por la mañana por el primer ministro británico y que una fuente gubernamental adujo posteriormente que “no era incorrecta”.
Dos musulmanes dijeron que el atacante es un converso musulmán que participó en manifestaciones con el grupo radical proscrito al-Muhajiroun.
El exdirector de al-Muhajiroun, Anjem Choudary, identificó al individuo que aparece en un video tomado después de la matanza como Michael Adebolajo, un cristiano que se convirtió al islam en el 2003 y participó en varias de las manifestaciones del grupo en Londres.
Omar Bakri Muhammad –que vive en Líbano, pero fue predicador musulmán radical en Londres– también dijo que reconoció al hombre que vio en televisión como Adebolajo. Añadió que asistió a sus discursos en Londres, a principios de la década anterior.
Bakri dijo que lo recordaba como una persona tímida.
El segundo atacante todavía no ha sido identificado.