Teherán. EFE. La victoria que, según resultados provisionales, obtuvieron en las legislativas celebradas ayer los radicales islámicos leales al líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei, debilita al presidente, Mahmud Ahmadineyad, y le complica su último año en el cargo.
Según información facilitada ayer por el Ministerio del Interior, la participación en los comicios, con casi el 85% de los colegios escrutados, era de un 64,2%, bastante más alta a lo previsto.
Resultados no oficiales difundidos por la cadena PressTV, apuntan a que tres cuartas partes de los diputados electos en los comicios de ayer en los distritos donde se conocen los resultados provisionales son afines al sector ‘principalista’ agrupado en torno a Jamenei.
De 150 escaños a que hace referencia ese medio, más de la mitad de los 190 del Parlamento (112) serían para nombres inscritos en listas principalistas; 28 reformistas, presentados de forma marginal, mientras los grandes grupos del sector han boicoteado los comicios, y solo 10 son claramente leales a Ahmadineyad.
Pese a estos adelantos, debido al sistema electoral iraní, es difícil adjudicar una filiación política clara a los diputados electos, pues sus candidaturas son individuales y no se les elige por su tendencia.