Presidente israelí urge a la Liga Árabe a intervenir en Siria

Mandatario advierte que el presidente sirio es una amenaza para toda la región y también para Europa

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Estrasburgo. (AFP). El presidente israelí Shimon Peres urgió este martes a la Liga Árabe a intervenir en Siria para “poner fin a la masacre” en ese país, en el primer discurso de un líder hebreo en el Parlamento Europeo (PE) en casi tres décadas.

“La intervención de fuerzas occidentales se vería como una injerencia extranjera” en el conflicto, adujo en la ciudad francesa de Estrasburgo.

“ La Liga Árabe puede y debe formar un gobierno provisorio en Siria para poner fin a la masacre (...). La ONU debe apoyar una fuerza de cascos azules árabes”, añadió.

El mundo libre “no puede tolerar una masacre como la que el presidente sirio (Bashar Al Asad) lleva a cabo contra su propio pueblo y sus propios hijos”, añadió. “Nos rompe el corazón”, señaló en el discurso, el primero de un líder israelí en la Eurocámara en 28 años. Los 754 eurodiputados se pusieron de pie y lo ovacionaron.

Peres advirtió que el presidente sirio es una amenaza para toda la región y también para Europa debido a que tiene un arsenal de armas químicas, que podrían caer en manos equivocadas. Por eso mismo, instó a la Liga Árabe a intervenir cuanto antes.

“La Liga Árabe debe evitar que Siria se despedace”, añadió.

En casi dos años, el conflicto sirio, que comenzó como una protesta pacífica que se fue militarizando frente a la represión, ha dejado más de 70.000 muertos, un millón de refugiados y millones de desplazados, según la ONU.

Israel se encuentra oficialmente en estado de guerra con Siria. Pero ahora a Israel no le preocupa sólo lo que sucederá en el conflicto sirio a corto plazo, sino qué pasará en la era post Al Asad.

La inquietud de Israel aumentó tras el secuestro reciente de 21 observadores de paz filipinos por rebeldes sirios en los Altos del Golán, frontera entre Siria e Israel, ocupada desde 1967 en su mayor parte por Israel, mientras que unos 510 kilómetros cuadrados de la meseta permanecen bajo el control de Siria.

Tras la guerra de 1973, Siria e Israel firmaron un alto el fuego que contempla la creación de una zona desmilitarizada entre la frontera, en las que patrullan cerca de 1.100 soldados de la ONU, provenientes de Austria, India, Filipinas, Japón y Croacia.

Si bien los 21 observadores fueron liberados, Israel teme que los recientes secuestros lleven a esos países a retirar sus soldados.

Los rebeldes sirios acusan a la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (UNDOF, por sus siglas en inglés), desplegada en 1974, de trabajar con el ejército sirio para aplastar la insurrección contra el régimen sirio.

El diario israelí Yediot Aharonot destacó la semana pasada el temor de Israel de que Al Qaida “llegue a la frontera israelí y tome el control de la zona de demarcación en caso de partida de las fuerzas de la ONU”. También subrayó que el ejército “refuerza sus sistemas de defensa”.

En su discurso, Peres apuntó a Irán, aliado de Damasco , como el enemigo número uno del mundo entero.

“El régimen actual iraní representa el gran peligro para la paz mundial”, dijo Peres, no sólo por su “programa nuclear” sino por el apoyo del gobierno iraní al terrorismo, a través del movimiento chiita libanés Hezbola, y las constantes violaciones a los derechos humanos.

Una vez más, Peres aprovechó para pedir a la Unión Europea (UE) que incluya a Hezbolá en la lista de las organizaciones terroristas.

“Les urgimos a que llamen terror al terror". "Salven al Líbano de esta locura de terrorismo. Salven al pueblo sirio de los aliados iraníes. Salven a sus ciudadanos y a los nuestros de Hezbolá", urgió.

En el verano boreal de 2006 el Estado hebreo llevó a cabo una guerra contra el movimiento chiita en territorio libanés de 34 días que terminó con un saldo de 1.200 muertos, en su mayoría civiles del lado libanés y 160 muertos del lado israelí, en su mayoría militares. Israel no logró doblegar al movimiento chiita en esta operación.

Israel reconoció implícitamente a comienzos de febrero haber llevado a cabo bombardeos aéreos contra instalaciones militares próximas a Damasco. Inmediatamente después, Damasco y Teherán prometieron venganza.