Las organizaciones de derechos humanos y la prensa hondureña se unieron ayer en una lluvia de condenas contra el gobierno de Porfirio Lobo, dada la impunidad que envuelve a los crímenes que se han desatado contra la prensa en los últimos tres años.
El presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), Juan Ramón Mairena, culpó al Gobierno de la muerte de su colega Alfredo Villatoro, quien fue asesinado a balazos anteayer.
“Al Estado le corresponde darnos seguridad. Desde el momento en que no tenemos seguridad, es culpa del Estado. ¿Quiénes son los culpables? Los mismos encargados de cuidarnos”, dijo en entrevista telefónica con La Nación .
Una percepción semejante tiene el representante de la Sociedad Interamericana de Prensa en Honduras (SIP), Rodolfo Tumas, quien aseguró que el mandatario ha sido negligente con respecto a las recomendaciones que le han dado las diversas instancias nacionales e internacionales.
Agregó: “Enviamos un documento a Lobo para que buscara ayuda internacional y creara comisiones especializadas en contra de la impunidad. Ninguna de estas acciones se ha tomado”.
En vista de la falta de confianza en la Administración, los periodistas ya se cuestionan si es hora de tomar acciones por su propia cuenta.
“Vamos a tener que encontrar formas de hacer nuestro trabajo. Las instituciones han demostrado su fracaso”, expresó Wilfredo García, editor en el diario hondureño El Heraldo .
Según los periodistas, las instancias internacionales no son una esperanza. “Las denuncias no pasan de eso, nadie las investiga”, sostuvo el presidente del Colegio profesional
Campaña de terror. Para la prensa de Honduras, el mensaje queda claro: el crimen no perdona las denuncias difundidas en los medios de comunicación y que afectan sus intereses.
“De ahora en adelante, no nos van a dejar pasar una sola denuncia sin ser castigados con la violencia, con la vida de nosotros o de nuestras familias”, dijo García.
Ese sentimiento de inseguridad que enfrentan los periodistas se suman a un clima de desprotección que termina por propiciar la autocensura de la prensa, manifestó el vocero del SIP.
“Esto nos lleva a la censura. Hay una sensación entre los colegas suyos aquí (Honduras) de que están desamparados y desprotegidos con este último asesinato. Ya no tienen paz, ni siquiera salen tranquilos a la calle”, declaró Rodolfo Tumas.