Portugueses protestan contra ‘robo de salarios y pensiones’

Manifestantes se oponen a amplios recortes propuestos por autoridades

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Lisboa. aFP Miles de portugueses protestaron ayer contra la política de recortes lanzada por el gobierno de centroderecha, que prepara nuevas medidas para cumplir con sus compromisos económicos internacionales.

La manifestación tuvo lugar en las calles de Lisboa, Portugal, y fue convocada por la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP).

A media tarde de ayer, varias marchas comenzaron a converger hacia la plaza del Comercio, en pleno corazón de la capital, para protestar “contra el robo de los salarios y de las pensiones”.

Bajo un sol muy fuerte, los manifestantes coreaban: “¡Abajo la austeridad!”, mientras cargaban pancartas y ondeaban banderas.

María José Oliveira y su marido, dos obreros textiles desempleados, llegaron en autobús de Braga (noroeste de Portugal) para expresar su “indignación”. Esta pareja de cincuentenarios no se manifestaba desde la revolución que derrocó a la dictadura de Antonio Salazar, el 25 de abril de 1974.

“¡Todo anda mal! Nuestros dirigentes deben cambiar de mentalidad y encontrarnos un trabajo, sus medidas son injustas”, declaró al llegar a la plaza, situada a orillas del río Tajo.

A cambio de su rescate financiero, Lisboa se ha dedicado a aplicar una severa cura de austeridad, pero la recesión económica y el desempleo se agravan. El gobierno de centroderecha tiene dificultades para sanear las cuentas públicas.

El déficit presupuestario se elevaba en junio al 6,6% del PIB, una cifra aún lejos del objetivo de 5% para la totalidad del año que Portugal acordó con sus acreedores internacionales.

Para corregir la tendencia al aumento del déficit, el Gobierno está estudiando un mayor control de gastos y un aumento de los impuestos sobre el patrimonio y el capital.

En el 2013, el Gobierno deberá reducir su déficit a 4,5% del PIB, frente al objetivo del 3% previsto inicialmente, y tendrá que ahorrar otros 4.900 millones de euros, lo que implicaría un nuevo aumento de impuestos sobre los salarios de los trabajadores.

Sometidos a planes de austeridad sucesivos desde el 2010, los portugueses han convocado desde entonces a huelgas que, exceptuando algunos breves forcejeos, no han dado lugar a enfrentamientos violentos.