Trump logra su primera victoria contra el sistema de salud de Obama

Senado de Estados Unidos aprobó la apertura del debate

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Washington

Bajo fuerte presión del presidente Donald Trump, el Senado de Estados Unidos aprobó finalmente este martes la apertura del debate sobre la derogación de la reforma sanitaria de Barack Obama. Pero falta mucho para ganar el partido.

El Senado, de mayoría republicana, votó por estrecho margen por una simple moción de procedimiento que permite 20 horas de discusiones y varias votaciones sobre las enmiendas.

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Es un logro parcial para Trump, feroz opositor del Obamacare, que había convocado a los senadores republicanos a zanjar sus diferencias y avanzar en este tema estancado durante meses.

“Este fue un gran paso”, dijo Trump poco después de la votación al felicitar al Senado en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, definiendo esta reforma de su predecesor como “un desastre para el pueblo estadounidense”.

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Sanciones

Por su parte, la Cámara de Representantes aprobó, por aplastante mayoría, un proyecto de ley que impone nuevas sanciones a Rusia, Irán y Corea del Norte, y que será elevado para votación en el Senado.

El texto del proyecto de ley justifica las sanciones a Rusia por su supuesta interferencia durante la campaña electoral estadounidense del año pasado, así como la anexión de Crimea y las injerencias en Ucrania.

En tanto, las sanciones a Irán y Corea del Norte se deben a sus programas de armamentos. La propuesta fue aprobada por 419 votos a favor y 3 en contra.

Según el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el paquete se propone “ajustar las clavijas con relación a nuestros más peligrosos adversarios para mantener seguros a los estadounidenses”.

El consenso es casi total en el Capitolio, donde Moscú cuenta con muy pocos aliados. El Senado, de mayoría republicana, aprobó en junio, por 98 votos contra 2, la nueva batería de sanciones.

Este texto pasará luego otra vez a la cámara alta para su aprobación definitiva, probablemente en agosto.

La propuesta es amplia e incluye también sanciones contra Irán, especialmente contra los Guardianes de la Revolución, acusados de respaldar el terrorismo, y Corea del Norte, por sus pruebas nucleares.

El texto prevé un punto inédito que molesta particularmente a la Casa Blanca: los parlamentarios podrán impedir que el presidente, quien ha dicho que se lleva “muy, muy bien” con el líder ruso Vladimir Putin, eventualmente suspenda las sanciones contra Moscú.

Frente a la presión parlamentaria, la portavoz de la Casa Blanca dio a entender el domingo que el presidente aceptaría el proyecto y no lo vetaría. Pero estaba menos confiada el lunes: "Seguirá de cerca la ley y esperará a ver cuál es el producto final".

Pero incluso si la veta, el Congreso tendría la fuerza para levantarlo, con un nuevo voto de la mayoría de dos tercios.

De París a Berlín, pasando por Bruselas, la iniciativa del Congreso estadounidense causa molestia porque es unilateral, sin coordinar con la Unión Europea, como había sido hasta ahora el caso en las sanciones a Rusia.

La ley podrá además sancionar a empresas europeas que trabajen en oleoductos provenientes de Rusia, y que en consecuencia podrían verse impedidas de presentarse a licitaciones públicas en Estados Unidos.

"La unidad del G7 respecto a las sanciones es de importancia primordial", dijo el lunes la portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas.

Schinas recordó además que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, había dicho en la reciente cumbre del G20 que la Unión Europea está lista para responder.

Los estados miembros discutirán precisamente una respuesta durante una reunión el miércoles en Bruselas.

Hasta ahora, Washington y Bruselas habían fijado una línea roja, subrayando que ninguna sanción afectaría el aprovisionamiento energético de Europa.

En una aparente concesión, la cámara baja ligeramente modificó el lunes un artículo de manera que solo está dirigida a los oleoductos cuyo origen está localizado en Rusia, dejando fuera de sanciones a los que se originan de Kazakstán y solo atraviesan territorio ruso.

El proyecto tampoco ha caído bien en el Kremlin, que advirtió que las sanciones dañan "los intereses de nuestros dos países"-