Sin saber qué pasa, turistas ven su paseo frustrado

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Nueva York. AFP. Los turistas no ocultaban ayer su frustración por no poder visitar la Estatua de la Libertad en Nueva York, la víctima más simbólica quizás del cierre parcial de la Administración federal estadounidense.

La isla de Liberty, en la cual se encuentra el monumento, está incluida en la lista de parques nacionales del país y por ello no abrió ayer.

Decenas de empleados de los barcos que zarpan a diario desde el sur de Manhattan hacia la isla fueron movilizados para intentar explicar lo ocurrido con infinita paciencia y en múltiples lenguas a los perplejos turistas .

“No hay estatua hoy, nadie va a la isla. El Gobierno cerró. Pero pueden hacer un crucero de reemplazo de una hora por la bahía y verán la Estatua de la Libertad, el puente de Brooklyn, Ground Zero...”, explicó Brian Fahey, uno de los empleados de Statue Cruises en el embarcadero de Battery Park.

Para muchos turistas, la razón del cierre era un misterio. Stefan Neuhaus, jubilado que viajó con su mujer desde Berlín, estaba frustrado, pero se lo tomó con filosofía y, rápidamente, empezó a buscar en su guía turística un plan alternativo para este magnífico día de otoño. “Estoy enojado, pero es más un problema para los funcionarios públicos, que no tienen más trabajo, que para nosotros”, afirmó.

El Parque Nacional de Yosemite, en California, se encontraba cerrado, mientras en Washington estaba vedada la entrada a monumentos históricos.

Ayer se estudiaba someter a votación medidas correspondientes para los parques, museos y monumentos nacionales; el departamento dedicado a los veteranos de guerra; y las operaciones para financiar el funcionamiento de la capital federal, que no tiene presupuesto autónomo.