Selma, a 50 años de la marcha por el derecho al voto para los negros

Presidente Barack Obama estará el sábado allí para conmemorar histórica tarea de la población negra

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Selma, Estados Unidos

Cincuenta años después de la marcha brutalmente reprimida en Selma, esta ciudad símbolo de la lucha pacífica por los derechos civiles bajo el impulso de Martin Luther King, acapara las miradas con la visita el sábado de Barack Obama y una película.

Obama estará presente el sábado en esa pequeña ciudad del estado sureño de Alabama con su esposa, Michelle, y sus hijas Malia y Sasha, de 16 y 13 años, para recordar que medio siglo después esta lucha por el derecho al voto tiene "otros pasos que cumplir, otras batallas que librar".

La decisión es delicada para el primer presidente estadounidense negro, a quienes algunos han reprochado una falta de compromiso personal en cuestiones raciales, como durante los disturbios que sacudieron Ferguson, Misuri, por la muerte de un joven negro abatido por un policía blanco en agosto del 2014.

A pocos días de esta conmemoración, el Departamento de Justicia dio a conocer el miércoles un informe señalando el racismo cotidiano y el comportamiento discriminatorio de la policía en Ferguson, situada a unos 1.000 km al norte de Selma.

Para el secretario de Justicia, Eric Holder, el primer negro en ocupar este cargo, las violaciones son graves y "la lista de cambios necesarios, larga".

Pelea por el voto. Hace 50 años, el combate tenía que ver con el funcionamiento mismo de la democracia. A principios de los años 60, un número incalculable de obstáculos minaba el camino de los afroestadounidenses para inscribirse en las listas electorales: de los 15.000 habitantes de Selma, apenas 300 tenían derecho al voto.

El domingo 7 de marzo de 1965, alrededor de 600 personas iniciaron una marcha hacia Montgomery, capital de Alabama, para reivindicar sus derechos electorales. Bloqueados en su recorrido a la altura del puente Edmund Pettus, a la salida de la ciudad, fueron violentamente atacados en un asalto de la Policía. La represión sangrienta de esta marcha, retransmitida en directo por la televisión, conmocionó a Estados Unidos.

Dos semanas más tarde, miles de personas lideradas por el pastor Martin Luther King salieron de nuevo de Selma para dirigirse a Montgomery, a unos 90 km de ahí, a donde llegaron en un largo cortejo después de varios días de una marcha que pasó a la historia.

"Al llamar la atención hoy (...) sobre la negación flagrante del derecho al voto, mostramos el origen mismo, la raíz de la segregación racial en el sur", dijo "MLK" frente a una multitud de personas.

"Hoy le quiero decir a la ciudad de Selma, al estado de Alabama, al pueblo de Estados Unidos y a las naciones del mundo que no iremos marcha atrás. A partir de ahora, avanzaremos", agregó.

El 6 de agosto de 1965, el presidente demócrata Lyndon B. Johnson, que sucedió a John F. Kennedy, firmaba la Ley de Derecho al Voto, garantizando a todos el derecho a sufragar. "No es un problema de negros, un problema del sur o un problema del norte. Es un problema estadounidense", había dicho unos meses antes pidiendo al Congreso votar el texto.

Retomando la idea, Obama señaló la semana pasada que lo ocurrido en Selma fue "una experiencia fundamentalmente estadounidense, no solamente afroestadounidense".

"Eso nos recuerda que la historia de Estados Unidos no pertenece a un grupo o a otro", agregó.

Miles de personas, entre ellas varios legisladores, pero también el expresidente republicano George W. Bush, se esperan este fin de semana para conmemorar este episodio central de la lucha por los derechos civiles, retratado en una película que se estrenó a principios de año en Estados Unidos.

En Selma, una de las ciudades más pobres de Alabama y en la que 80% de la población es negra, los símbolos y referencias a esta lucha están omnipresentes.

Entre ellos está el célebre puente Edmund Pettus, sobre el río Alabama, desde donde el presidente estadounidense pronunciará su discurso el sábado, pero también las calles que llevan el nombre de activistas que jugaron un papel clave en esa época, como Marie Foster o J.L. Chestnut.