Propaganda extremista islámica radicalizó a atacante en Orlando

Omar Mateen había expresado simpatía por grupos como Estado Islámico, al-Qaeda y Hezbolá

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Orlando, EE. UU.

El autor de la masacre en un club gay de Orlando estaba "radicalizado" con propaganda extremista islámica, informaron este lunes las autoridades a medida que surgían los nombres de las víctimas en el peor atentado en Estados Unidos desde el 11 de setiembre del 2001.

La madrugada del domingo, Omar Mateen, un estadounidense de origen afgano, irrumpió armado con un rifle de asalto y una pistola en el club gay Pulse, que celebraba una "noche latina" con espectáculos de drag-queens en esta ciudad turística del sureste estadounidense conocida por sus parques de atracciones.

Tres horas después, 49 personas, además del atacante, yacían muertas y otras 53 quedaron heridas. Tres mexicanos se encontraban entre las víctimas.

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se atribuyó el ataque y presentó a Omar Mateen como "uno de los soldados del califato en Estados Unidos".

Pero la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) sigue investigando si Mateen, nacido en Nueva York hace 29 años, era un yihadista en una misión o un "lobo solitario" inspirado por la propaganda radical islámica para llevar a cabo lo que el presidente Barack Obama denunció como un "acto de terror y un acto de odio".

"Por ahora, no vemos ninguna indicación de que esto fuera un ataque dirigido desde el exterior, y no vemos ninguna indicación de que él formara parte de ninguna red" terrorista, dijo el director del FBI, James Comey

Influencia del yihadismo. Pero Comey afirmó que el FBI estaba "altamente seguro" de que Mateen se "radicalizó" al menos en parte a través de Internet y que manifestó trabajar para el líder de EI, Abu Bakr al-Baghdadi, en una serie de llamadas durante el ataque.

"Y por supuesto, estamos tratando de entender qué rol pudo haber jugado en la motivación de estos ataques la intolerancia antigay", señaló, al tiempo que destacó que la investigación aún está en una fase preliminar.

Agregó que el agresor llamó al número de emergencia 911 más o menos al mismo tiempo que ocuirrió el ataque en la discoteca y no solo expresó su lealtad al grupo ultrarradical sunita Estado Islámico (EI), sino también su solidaridad con los hermanos Tsarnaev --autores de los atentados en la Maratón de Boston-- y con un suicida que se inmoló en nombre del Frente al-Nusra, rival del EI.

En años pasados, Mateen expresó simpatía tanto por al-Qaeda como por otro grupo terrorista rival, el Hezbolá libanés.

Odio e ideología. En tanto se dilucidan los motivos que llevaron al estadounidense de origen afgano a cometer la matanza, dos expertos académicos coincidieron el lunes en que en este caso hubo una mezcla de odio e ideología.

El peor atentado desde el 11 de setiembre del 2001 reúne dos elementos que no se excluyen: el homófobo, contra el colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB), y el uideológico, porque Mateen "juró lealtad" al EI, puntualizó Raymundo Socorro, director de la Facultad de Derecho del Miami Dade College.

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En la misma línea, Eric Lob, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Florida (FIU), señaló que la masacre fue una "combinación" de ambos factores, odio e ideología, "aunque todavía todo es muy reciente para entender completamente qué fue lo que pasó".

Debate sobre armas. Por otra parte, el ataque puso, de nuevo, bajo la lupa la estrategia antiterrorista estadounidense y sus leyes sobre armas. El sospechoso pudo comprar legalmente un rifle AR-15 y una pistola a pesar de haber activado alarmas sobre su presunta simpatía con el yihadismo.

"Eso es un problema", declaró Obama, a la vez que la Casa Blanca exhortó al Congreso a tomar "medidas de sentido común" para regular el acceso a las armas.

En apoyo a esta exhortación, los demócratas en el Senado anunciaron el lunes que impulsarán en el Congreso medidas para aumentar el control de armas y tratar de prevenir masacres como la de Orlando.

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"Tenemos la responsabilidad como legisladores de hacer lo que podamos para prevenir estos tiroteos, de aprobar reformas de sentido común que han demostrado que previenen estos ataques y salvan vidas", enfatizó Harry Reid, líder de la minoría demócrata en la Cámara Alta.

Los demócratas propusieron el año anterior una ley para evitar que indivuduos como el atacante de Orlando pudieran adquirir armas, pero la mayoría republicana, tardicionalmente muy vinculada con el sector productor de armamento, tumbó la propuesta.

Datos de la empresa consultora Gallpup revelan que cada vez menos estadounidenses respaldan mayores controles sobre las armas. Un 79% los apoyaba en 1990, mientras en el 2014 solo el 47% estaba de acuerdo.