Primer ministro Mark Rutte busca ganar cuarto mandato en elecciones de Holanda

Pandemia de coronavirus ha sido el asunto dominante en la campaña proselitista

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Ámsterdam. Los votantes holandeses acudirán a las urnas la próxima semana en la primera gran prueba de fuego para un gobierno europeo en el 2021, con el primer ministro liberal Mark Rutte dispuesto a ganar un cuarto mandato.

A pesar de que Holanda ha estado marcada recientemente por violentos disturbios debido a un controvertido toque de queda -establecido para combatir la covid-19-, Rutte lidera las encuestas.

Más de un año después de su inicio, la pandemia dominó el debate en estas elecciones parlamentarias del 17 de marzo, dejando poco espacio para otros temas, como la política euroescéptica y antiinmigración del líder de la oposición Geert Wilders.

Algunos colegios electorales también abrirán los días 15 y 16 de marzo para los ancianos y las personas vulnerables al virus.

“Estas elecciones tienen que ver con la covid-19 y con la crisis del declive económico que surgirá” de la pandemia, dijo André Krouwel, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Ámsterdam. “Es diferente a las elecciones anteriores, cuando se trataba más de la inmigración y la integración europea”, señaló.

Un total de 37 partidos, cifra récord desde hace varias décadas, se disputan los 150 escaños de la Cámara Baja, en un panorama político a veces fragmentado que suele dar lugar a complejas coaliciones.

El Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) de Mark Rutte tiene actualmente 33 bancas y lidera una coalición cuatripartita con el Llamamiento Demócrata Cristiano (CDA), la Unión Cristiana (CU) y el D66 de centroizquierda.

Estas elecciones serán seguidas de cerca en Europa, ya que Holanda es la quinta economía de la Eurozona y la voz más fuerte, detrás de Alemania, de la disciplina financiera.

Fortaleza de Rutte

Mark Rutte lleva 11 años en el cargo, lo que le convierte en uno de los líderes europeos más longevos. Su partido liberal-conservador lleva meses liderando los sondeos de opinión, aunque en las últimas semanas cayó ligeramente.

Apodado el primer ministro “Teflón” por su capacidad para salir indemne de las crisis políticas, Rutte se vio obligado a dimitir en enero tras un escándalo en el que miles de padres fueron acusados falsamente de fraude en prestaciones recibidas por hijos.

Su gobierno continuó gestionando los casos pendientes en el período previo a las elecciones, e incluso empezó a suavizar significativamente las restricciones sanitarias existentes, las más severas que experimentó el país desde el inicio de la pandemia.

Este año, la gestión de la covid-19 parece haber eclipsado todas las demás cuestiones. “El gobierno actual es bastante popular ahora, al menos el primer ministro”, declaró el líder antiislámico Geert Wilders en una entrevista.

En un principio, Holanda optó por restricciones anticovid-19 mucho más laxas que los gobiernos vecinos, pero las endureció considerablemente tras la segunda ola de contagios.

El toque de queda está en vigor desde las 9 p. m. hasta las 4:30 a. m. y los cafés y restaurantes permanecen cerrados.

Las medidas limitaron drásticamente la campaña electoral, y la mayoría de los partidos tuvieron que convencer a los votantes a través de debates televisados o de las redes sociales.

El único partido que organizó grandes mítines fue el Foro para la Democracia (FVD) del populista Thierry Baudet, que adoptó un tono abiertamente escéptico y opuesto al confinamiento.

Si Mark Rutte gana, probablemente tendrá que formar otra coalición.

Un posible nuevo aliado podría ser el partido de la Izquierda Verde GroenLinks, del joven y carismático líder Jesse Klaver, que obtuvo buenos resultados en las anteriores elecciones, aunque últimamente cayó ligeramente en las encuestas.

“Algo está cambiando (...) Puede haber sorpresas, creo”, dijo Klaver.