Partido Republicano incluye muro con México en su plataforma ideológica

Propone rechazar acuerdos comerciales que no beneficien a Estados Unidos

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Cleveland, EE. UU.

El Partido Republicano aprobó el lunes, en el inicio de su Convención Nacional, una plataforma ideológica que incluye la construcción de un muro en la frontera con México y la necesidad de obtener tratados comerciales que privilegien los intereses estadounidenses.

"El muro fronterizo debe abarcar la frontera sur por completo y debe ser suficiente para detener el tránsito vehicular y peatonal", reza el documento, que manifiesta las líneas maestras del partido, aunque no es de cumplimiento obligatorio para quienes ocupen funciones gubernamentales.

El comienzo de la Convención, que debe investir formalmente a Donald Trump como el candidato a la presidencia, no estuvo exento de controversia. Delegados opuestos al magnate inmobiliario protagonizaron una furiosa y bulliciosa revuelta contra los procedimientos que les negaron una oportunidad para expresar su descontento.

Según el programa político del partido, "en una época de terrorismo, carteles narcotraficantes, tráfico de personas y pandillas criminales, la presencia de millones de individuos no identificados presenta riesgos graves a la seguridad y soberanía de Estados Unidos". "Nuestra prioridad principal, por lo tanto, debe ser asegurar nuestras fronteras y todos los puntos de entrada y aplicar las leyes migratorias".

El documento no se refiere de manera explícita a la deportación de los 11 millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin autorización, pero aboga por derogar inmediatamente los alivios migratorios ordenados en el 2014 por el presidente Barack Obama para proteger de esa medida a cinco millones de personas.

También se pronuncia a favor del E-Verify (una base de datos operada por el Gobierno federal que permite a los patronos determinar si los aspirantes a empleados pueden trabajar legalmente en el país), de castigar con cinco años de cárcel a extranjeros que reingresan ilegalmente a Estados Unidos tras ser deportados, y de negar fondos públicos a inmigrantes no autorizados y a gobiernos locales que protegen a sus residentes de las autoridades migratorias federales.

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Tampoco especifica que México debe pagar por la construcción del muro, tal como Trump ha planteado durante su campaña.

Política comercial. En cuanto al libre comercio, el texto señala que si bien el comercio internacional es crucial para la economía estadounidense, se necesitan "acuerdos comerciales mejor negociados que privilegien los intereses estadounidenses. Cuando esos acuerdos no protegen adecuadamente los intereses o la soberanía estadounidense, o cuando son incumplidos impunemente, deben ser rechazados".

El documento no menciona específicamente el tratado de libre comercio con México y Canadá, pese a que el mes pasado Trump manifestó que de obtener la presidencia buscaría salir del acuerdo, al que responsabiliza por la desaparición de millones de empleos en Estados Unidos.

Los presidentes Barack Obama, Enrique Peña Nieto y el primer ministro canadiense Justin Trudeau ofrecieron horas después una conferencia de prensa conjunta en la que defendieron los beneficios del intercambio comercial.

México es actualmente el tercer socio comercial de Estados Unidos, y su intercambio alcanzó los $531.000 millones en el 2015.

Al mismo tiempo, la plataforma agradece a México su lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, y señala que el hecho de que millones de estadounidenses tengan ascendencia mexicana "debería promover una mayor comprensión y cooperación entre nuestros países".

Al referirse a otros países del continente, el manifiesto acusa a Obama de permitir que Venezuela se haya convertido en "un Estado narcoterrorista, una estación iraní que amenaza a América Central y un refugio para los agentes de Hezbolá".

Agrega que Estados Unidos estará listo para ayudar a los venezolanos a "restaurar su país a la familia de las Américas "una vez que ellos triunfen en su lucha por "restaurar la democracia y recuperar sus derechos".

Expresa disposición a recibir a Cuba en la familia hemisférica "después de que sus líderes corruptos dejen el poder por la fuerza y rindan cuentas por crímenes de lesa humanidad", y califica el acercamiento promovido por Obama a la Isla como un "acomodo vergonzoso a las exigencias de sus tiranos".

Tenso comienzo. En tanto, la Convención en Cleveland fue testigo el lunes de acaloradas discusiones que evidenciaron las divisiones que imperan dentro del Pafrtido Republicano.

Un escandaloso intercambio paralizó por largos minutos los debates en la Quicken Loans Arena donde se reunían alrededor de 2.500 delegados provenientes de 50 estados.

El magnate inmobiliario espera unificar el Partido Republicano luego de meses de peleas intestinas, pero las escenas en Cleveland prometen de todo menos armonía.

Los delegados opuestos a Trump, furiosos contra un candidato que ha emitido criterios racistas contra los inmigrantes mexicanos y promete vetar la entrada al país a los musulmanes, estallaron de rabia contra los procedimientos que les negaron una oportunidad para expresar su descontento.

Los opositores tenían pocas oportunidades para detener su avance. Pero, quizás pensando en la posteridad, querían una votación para dejar en claro quiénes apoyaron al empresario de 70 años y quiénes se opusieron.

"Merecemos ser escuchados, esta es la convención del pueblo", reclamó Diana Shores, una delegada de Virginia, de pie sobre una silla.

A pesar del alboroto, la derrota marcó espectacularmente el fin del movimiento Stop Trump ("Detengan a Trump"), que pretendía cambiar las reglas internas para romper el compromiso de los delegados de votar según los resultados de las primarias favorables al magnate, llamándolos a hacerlo de acuerdo con su "conciencia".

Los seguidores de Trump llamaron a los delegados a respetar la voluntad de los votantes republicanos: el millonario ganó una serie de primarias en varios estados, recolectando un récord de más de 13 millones de votos.

Pocas horas antes, el presidente del Partido, Reince Priebus, había dado inicio a la convención en medio de aparente orden.

Una seguidilla de oradores repitieron capítulos del credo conservador y arremetieron contra el presidente Barack Obama y la candidata demócrata, Hillary Clinton.

En el interín, delegados bailaban y cantaban mientras una banda tocaba en vivo un repertorio de rock clásico.

La campaña de Trump ha desestimado los desafíos de los rebeldes.

"Esta es la convención de Trump. El partido está unido", afirmó Paul Mananfort, jefe de campaña del candidato republicano.

Trump ha intentado ceder a las demandas de sus críticos conservadores, al nombrar a Mike Pence, gobernador de Indiana y opuesto a los gais y adversario del gobernador de Indiana, como su candidato a la vicepresidencia.

Pero en clara señal de las latentes divisiones, los grandes nombres del partido no viajaron a Cleveland, incluyendo los expresidentes Bush, los últimos dos candidatos republicanos a la Casa Blanca y el gobernador del estado anfitrión, Ohio, John Kasich.