San Rafael del Sur, Nicaragua.
Tres tigres de bengala, una especie en extinción, nacieron en un circo mexicano que está atrapado y sin salida en Nicaragua, por una ley que prohíbe animales en circos y zoológicos en tierras aztecas.
Los felinos, hijos de una bengala de más de 200 kilos, se suman a una camada de cuatro tigres, propiedad del circo y fueron considerados por sus dueños como "una rareza", por el color blanco, amarillo y dorado.
"Es el primer caso que veo, por eso estoy sorprendido", manifestó Ranato Fuentes, dueño del Circo De Renato.
Los tigrillos pesaron seis libras, y se alimentan de pollo y leche materna.
"El tigre albino es el primero que nace en cautiverio y a diferencia del tigre blanco, que tiene las rayas negras bien definidas, en este no se aprecian", dijo Renato.
Conflicto. El nacimiento de los cachorros centró la atención sobre el Circo De Renato, cuya presencia era habitual en Nicaragua por su andariega presentación de un pueblo a otro, para "rebuscarsela" y no regresar a México, donde una ley prohíbe que los circos tengan animales.
Fuentes sostuvo que desde la entrada en vigencia de esa ley, hace 15 meses, "unos cinco mil tigres han muerto".
LEA: México prohíbe utilizar animales silvestres en los circos
El empresario tiene cinco años fuera de México y no volverá sin una garantía o "amnistía" para sus animales.
"No los voy a dejar morir y tampoco los voy a dejar en manos de las autoridades", expresó.
Fuentes se quejó de "una cacería de brujas" desde antes de la entrada en vigencia de la ley, promovida por el partido Verde Ecologista.
Agregó que algunos propietarios escondieron a sus animales, pero otros morían de infarto o depresión ante lo que les estaba pasando.
"Yo no pasé ni quiero pasar por eso, porque los animales son los que sufren y son parte de la familia de uno", dijo luego de recordar las dificultades en Nicaragua, donde debe cumplir requisitos migratorios para permanecer ahí.
Cuando la ley entró en vigencia, él se encontraba en Panamá y desde entonces continúa fuera de México.
Nicaragua se convirtió en su último refugio, ya que otros países de Centroamérica adoptaron leyes similares.
Además de los tigres, el circo tiene dos elefantes hembras, dos camellos, una búfala, un pony, dos burritos miniatura y cuatro caballos, los que atraen a los vecinos en San Rafael del Sur, 53 kilómetros al sur de Managua. Incluso cuando no hay función aprovechan para llevar a los niños y hacerles foto.
El circo de Renato es parte del empresa circense Hermanos Gasca, con una tradición de 140 años en México.