Los cristianos de Alabama dispuestos a perdonarle los pecados a Donald Trump

Para muchos conservadores de ese estado sureño, el presidente ‘es el hombre de Dios del momento’

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Haleyville, EE. UU. Su mirada se torna más penetrante cuando habla de su drama personal. Ferviente opositora del aborto después de haberse practicado uno cuando era adolescente, Tawnya Parker, una cristiana devota de Alabama, apoya a Donald Trump precisamente por esta misma razón, aunque a veces desearía que “le impidieran tuitear”.

“JESÚS - Nuestra esperanza”, reza un cartel con fondo rojo frente a la iglesia Solid Rock, en Haleyville, adonde cada domingo acuden esta especialista en recursos humanos de 49 años y su esposo, Brian, un exsoldado que trabaja en el compañía de armamento Lockheed Martin.

La "religión", admite, "influye fuertemente en nuestra vida diaria", incluso a la hora de elegir presidente.

Trump ganó en el 2016 con casi el 90% de los votos en el condado de Winston, ubicado el “cinturón de la Biblia”, una región en el sureste de Estados Unidos famosa por su conservadurismo cristiano,

Provocativo y grosero, el comportamiento del empresario neoyorquino, acusado de adulterio y abuso sexual, poco tiene que ver con el de los lugareños, más modesto y pudoroso.

Pero como buenos cristianos, o como si fuera un matrimonio de conveniencia, parecen dispuestos a perdonar sus pecados en nombre de un interés superior.

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"Es un multimillonario que construye edificios en Nueva York. Sí, podría aprender a hablar un poco más elocuentemente y un poco menos 'trumpiano', pero representa los valores de este condado mucho mejor que su oponente (el demócrata Joe Biden)", explica Parker.

Madre de cinco hijos, cuenta con voz suave y acento sureño que se vio obligada a abortar cuando tenía 15 años después de una agresión sexual. Un “trauma psicológico y emocional” en la génesis de su enérgica oposición al “aborto a la carta”.

El estado de Alabama aprobó la ley más restrictiva del país contra el aborto en mayo del 2019.

Los tribunales la impugnaron de inmediato, pero el eventual nombramiento de la jueza Amy Coney Barrett para la Corte Suprema puede amenazar aún más el acceso al aborto, una posibilidad que los conservadores de este estado agradecen a Trump.

Este nombramiento es “quizás tan importante como las elecciones presidenciales” en sí, según Jerry Mobley, funcionario del Partido Republicano del condado de Winston.

Muchos, como Charity Freeman, también miembro del Grand Old Party (GOP, Partido Republicano) del vecino condado de Cullman, son pragmáticos a la hora de elegir mandatario.

‘El hombre de Dios’

“Si votáramos por los presidentes con base en su vida privada, probablemente nunca hubiéramos elegido a ninguno de ellos”, dice. “Votamos con base en su programa y sus ideas para Estados Unidos”.

Trump “nunca será el tipo de persona que uno sueña con presentarle a su madre”, analiza William Craig Mann, periodista del diario Cullman Tribune y gran conocedor de la idiosincrasia local. Pero para la gente de aquí es “el hombre de Dios del momento".

Cullman, fortín católico en medio de un territorio protestante, alberga un punto turístico curioso: Ave María Grotto.

En este lugar se muestran reproducciones en miniatura de un centenar de edificios religiosos de todo el mundo, meticulosamente ensamblados durante medio siglo por un monje de origen alemán.

“Mucha gente dice que Alabama es la hebilla del cinturón de la Biblia”, afirma el director del Ave María Grotto, Roger Steele, rodeado de maquetas como la de la plaza de San Pedro de Roma y la del Santuario de Lourdes.

El "sur profundo" de Estados Unidos, a veces despreciado por el resto del país, "está cambiando", opina. "El conservadurismo extremo y el racismo de las décadas de 1960 y 1970 ya no están tan generalizados", asegura.

En Haleyville, Christian Marbutt, de 20 años, espera en el estacionamiento de un restaurante sentado al volante de su Chevrolet, descolorido por el sol.

Con la gorra del revés, el joven de espesa barba roja, con un crucifijo colgado del cuello y la palabra familia tatuada en el antebrazo, manifiesta que votará a Trump el 3 de noviembre, aunque se considera favorable al aborto: “Es el cuerpo de la mujer”.

“Nuestra generación no se aleja necesariamente de la religión”, explica, “pero ya no es tan capital como para las generaciones mayores”.

Algo que también se ve en casa de Tawnya y Brian Parker, donde no hablarán de política cuando se sienten a la mesa en Navidad. Sus cinco hijos son demócratas.