Gestión de covid-19 en el gobierno de Trump marcó debate entre Pence y Harris

Los dos candidatos a la vicepresidente se enfrentaron en su único debate en Salt Lake City, Utah

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Salt Lake City, Utah. El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y Kamala Harris, la demócrata que aspira a ese cargo, se enfrentaron este miércoles en su primer y único debate sobre la gestión de la pandemia, en un encuentro que adquirió una particular relevancia por el contagio del mandatario Donald Trump.

“El pueblo estadounidense ha sido testigo del mayor fracaso de cualquier administración presidencial en la historia de nuestro país”, dijo la senadora.

Pence, en cambio, sostuvo que la estrategia salvó muchas vidas.

La enfermedad del gobernante, de 74 años, sumada a las inquietudes sobre el estado físico y la edad de su rival Joe Biden, que es tres años mayor, aumentó el interés por el encuentro entre sus números dos, que se desarrolló en Salt Lake City, Utah.

A menos de un mes de las elecciones del 3 de noviembre, el contagio del presidente colocó en lo alto de la agenda el tema de la pandemia, que ha dejado más de 210.000 muertos en Estados Unidos, el país del mundo con más fallecidos.

Esto, colocó a Pence -quien encabeza desde febrero la célula encargada de hacer frente a la Covid-19- en un lugar incómodo, ya que además del avance de la pandemia por el país enfrenta un brote en la misma Casa Blanca.

Pence, de 61 años, acusó a los demócratas de “plagiar” su plan de lucha contra el nuevo coronavirus y después acusó a Harris de “socavar la confianza” de los estadounidenses en una vacuna para la covid-19 que pueda surgir durante el gobierno de Trump.

“Deje de jugar a la política con la vida de las personas”, expresó Pence vestido con la corbata roja enseña de los republicanos.

Ambos candidatos debatieron protegidos por una mampara, con una separación a casi cuatro metros, pero los expertos advirtieron de que las partículas más pequeñas pueden atravesar la barrera.

Harris, una exprocuradora de 55 años, con un don para hacer preguntas inquisidoras, acusó a Trump de tratar a las empleados sanitarios de la primera línea como trabajadores de “sacrificio”.

La senadora por California, de padre jamaiquino y madre india tamil, sería la primera mujer en llegar al segundo cargo más importante de Estados Unidos, si Biden gana en noviembre.

Desempleo

La aguda crisis económica inducida por la pandemia también fue un tema del debate. La recesión pulverizó el mercado laboral y atizó el desempleo, quitándole a Trump uno de los mejores argumentos a favor de su gestión: una tasa de paro que llegó a tocar un mínimo de 3,5%, pero que ahora está en 7,9% después de que millones de personas perdieron su trabajo.

“Hay estimaciones que para el final de este gobierno, va a haber más pérdidas de empleo que en ningún otro gobierno”, afirmó Harris, quien asistió al debate vestida de negro, con un discreto collar de perlas.

Pence rebatió duramente a Harris y le dijo: “Senadora, tiene derecho a tener su opinión, pero no sus propios hechos”. También agitó el miedo de que los demócratas suban los impuestos, impongan más regulaciones, prohíban la extracción de petróleo de esquisto y terminen con la industria de la energía fósil.

El vicepresidente, un cristiano ferviente y de buenos modales, que habitualmente guarda un perfil muy discreto salió en el debate como un escudero tenaz para defender el gobierno de Trump.

Cuestión del aborto

El asunto del aborto en Estados Unidos -legalizado desde 1973-también salió a colación en momentos cuando Trump nominó a una jueza federal conservadora para ocupar la vacante que dejó la magistrada Ruth Bader Ginsburgh.

El vicepresidente rehusó decir qué posición deberían tomar los estados si el fallo Roe contra Wade (que permitió el aborto) fuese revocado por la Corte Suprema.

Pence defendió la trayectoria y las posiciones de la postulada por Trump, Amy Coney Barrett. La consideró “una mujer brillante” que aportará “toda una vida de experiencia y una familia estadounidense considerable a la Corte Suprema de los Estados Unidos”.

Harris rechazó la afirmación de su rival de que los demócratas atacan a Barret por su fe cristiana. “Joe Biden y yo somos personas de fe”, dijo Harris. “Y es un insulto sugerir que golpearíamos a cualquiera por su fe”

Imperó el respeto

El enfrentamiento mostró un tono civilizado, pocas interrupciones e incluso cumplidos. Es decir, un marcado contraste con el violento enfrentamiento verbal entre el presidente Donald Trump y su rival Joe Biden la semana pasada.

Los contendientes se interrumpieron en sus intercambios, pero también se agradecieron, se trataron con amabilidad y se escucharon.

“Quiero felicitarla, como lo hice por teléfono, por la naturaleza histórica de su nominación”, le expresó Pence a Harris, primera candidata negra a la vicepresidencia de uno de los grandes partidos estadounidenses.

Harris asintió y respondió con un “gracias”.

Más adelante, Harris volvió a agradecerle a Pence luego de que este destacó la trayectoria de los candidatos demócratas. “Respeto el hecho de que Joe Biden pasó 47 años en la vida pública. También respeto su servicio público”, manifestó el mano derecha de Trump.

Varias veces más la exfiscala de California, famosa por su estilo inquisitivo, le dijo “gracias, señor vicepresidente”.