Fuerza militar élite anuncia el fin de las protestas en Irán

Estados Unidos pide analizar situación en el Consejo de Seguridad yb el Consejo de Derechos Humanos

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Teherán. Los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite del poder en Irán, proclamaron el miércoles el fin del movimiento de protesta que causó 21 muertos y cientos de detenciones, tras la celebración de masivas manifestaciones de apoyo al régimen.

Solo algunas protestas esporádicas en ciudades de provincia tuvieron lugar durante la madrugada del miércoles, según videos difundidos en las redes sociales e imposibles de verificar, en contraste con las noches anteriores de manifestaciones contra la austeridad económica y el poder.

La clase política -reformistas y conservadores- se posicionó contra los disturbios desencadenados el 28 de diciembre en Mashhad, la segunda ciudad de Irán, marcados por la violencia y la destrucción de bienes públicos.

Coches y edificios oficiales fueron atacados o incendiados.

En las calles de la capital, muchos habitantes aseguraron comprender los motivos socioeconómicos de las protestas, en un país con una tasa de desempleo que alcanza el 40% entre los jóvenes. Pero al mismo tiempo condenaron la violencia.

Otros rechazaron el discurso oficial según el cual las protestas son obra de potencias extranjeras.“No estoy de acuerdo, la gente ha llegado a un punto en el que ya no pueden tolerar la presión de las autoridades, ya no pueden más y ahora están en la calle”, expresó Soraya Saadaat, de 54 años, sin trabajo.

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Las autoridades condicionaron finalmente el desbloqueo en los teléfonos móviles de las redes sociales Telegram e Instagram a la supresión de sus contenidos de carácter “terrorista”. Según ellas, Telegram se usó para llamar a protestar.

El gobierno acusó a “contrarrevolucionarios” con sede en el extranjero de haberlos fomentado.

La televisión oficial mostró imágenes en directo de multitudinarias manifestaciones prorrégimen en varias ciudades.

Enarbolando pancartas que denunciaban a los “agitadores”, los manifestantes gritaron lemas a favor del guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, y también consignas como ”¡Muerte a Estados Unidos!” y ”¡Muerte a Israel!”.

“Ofrecemos a nuestro guía la sangre que corre por nuestras venas”, gritaban los manifestantes, algunos con banderas iraníes.

El jueves se prevén nuevas manifestaciones de respaldo al gobierno en Ispahán y en Mashhad.

Bajar el tono

Las autoridades intentaron minimizar el movimiento de protesta, el más importante desde el 2009, que fue violentamente reprimido, contra la reelección del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.

Durante una conversación telefónica el miércoles con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, el presidente iraní Hasán Rohaní, quien anteriormente hablaba de una “pequeña minoría” de contestatarios, dijo que esperaba el fin de los disturbios “en unas horas”, según el gobernante de Ankara.

El jefe de los Guardianes de la Revolución, Mohammad Ali Jafari, afirmó que el número de “agitadores” “no había superado las 15.000 personas en todo el país”. Y añadió que podía anunciar “el fin de la sedición”, en unas declaraciones publicadas por la web del ejército de élite del régimen.

“Un gran número de alborotadores, en el centro de la sedición, (...) recibió una formación por parte de la contrarrevolución y de los monafeghines”, comentó, utilizando un término que designa a los Muyahidines del Pueblo, principal formación de la oposición en el exilio.

Irán acusa a los Muyahidines de estar vinculados a Arabia Saudí, rival regional de Teherán.

El general Jafari declaró también que miles de personas fueron “entrenadas” por Estados Unidos para “fomentar los disturbios en Irán”.

Estados Unidos, expectante

Washington, que desde 1979 no tiene relaciones diplomáticas con Teherán, ha seguido con atención las manifestacioens opositoras.

La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, pidió el miércoles “reuniones de urgencia” del Consejo de Seguridad en Nueva York y del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, sobre Irán.

Además, Estados Unidos contempla la imposición de nuevas sanciones contra representantes del régimen iraní, informó un alto funcionario.

El Gobierno estadounidense “usará toda la información que tenemos a disposición sobre quiénes son responsables por la represión, quién está violando derechos humanos, quién usa violencia contra las protestas”, añadió.

Este miércoles, el presidente Donald Trump prometió apoyo al pueblo iraní “cuando llegue el momento”, pero eludió ofrecer otros detalles sobre alguna iniciativa en ese sentido.

“Enorme respeto por los iraníes en momentos en que tratan de recuperar el control de su gobierno corrupto”, escribió en un tuit.

“Verán un amplio apoyo de parte de Estados Unidos cuando llegue el momento”, agregó.

Por su lado, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó la pérdida de vidas. “Se debe evitar la violencia” y las autoridades iraníes deben “respetar los derechos a reunirse pacíficamente y a la libertad de expresión”, declaró.