Tegucigalpa EFE El Parlamento de Honduras eligió ayer al nuevo fiscal general del Estado, el oficialista Óscar Chinchilla, y a su adjunto, el opositor Rigoberto Cuéllar, para un periodo de cinco años, en medio de fuertes críticas de la oposición.
Los nuevos jefes del Ministerio Público, que requerían el voto de 86 de los 128 miembros del Parlamento, fueron elegidos en la madrugada de ayer –en una sesión extraordinaria– con el apoyo de 90 diputados, la mayoría oficialistas, y 38 en contra.
Chinchilla sustituye a Luis Rubí, del opositor Partido Liberal, como fiscal general, y Cuéllar a Roy Urtecho, del gobernante Partido Nacional, como fiscal adjunto.
Rubí y Urtecho debían concluir su mandato en mayo de 2014, pero el pasado 25 de junio renunciaron para evitar ser sometidos a un juicio político.
Chinchilla y Cuéllar fueron juramentados hoy mismo en el cargo, que ejercerán hasta agosto de 2018.
La elección de ambos cargos fue cuestionada por la mayoría de la bancada de diputados del opositor Partido Liberal, cuyo jefe legislativo, Yani Rosenthal, criticó “el manoseo político” en la selección y elección de los candidatos.
La escogencia de los nuevos fiscales se concretó después de una larga sesión que se inició el sábado a las 10 a. m. hora local y concluyó a las 2:30 a. m. de ayer.
Chinchilla, reconocido activista del gobernante Partido Nacional, era magistrado presidente de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
Cuéllar, entre tanto, es conocido militante del opositor Partido Liberal, aunque hasta ayer ministro de Recursos Naturales y Ambiente de este gobierno y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) .
Los sustitutos de Rubí y Urtecho fueron propuestos el pasado viernes, junto a otros tres candidatos, por una junta externa que presidió el presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Los 31 parlamentarios del Liberal que votaron en contra de la elección abuchearon a sus 10 compañeros, a los 9 parlamentarios minoritarios y 71 oficialistas que lo hicieron a favor.
El sábado hubo una manifestación de diputados, ciudadanos y activistas fuera del Parlamento, quienes pedían que se eligiera a personas sin nexos con los partidos tradicionales y que fuera solo para finalizar el mandato de Rubí y Urtecho.