El movimiento islamista Hamás, en el poder desde hace una década en la franja de Gaza, cedió este miércoles a la Autoridad Palestina el control de pasos fronterizos hacia Egipto e Israel, prueba clave en la aplicación del acuerdo de reconciliación palestina.
Según el acuerdo de reconciliación negociado por Egipto, la Autoridad Palestina –entidad reconocida por la comunidad internacional que prefigura un futuro Estado palestino independiente– debe tomar el control total de Gaza antes del 1 de diciembre.
Este miércoles, además de ceder el control de puestos fronterizos, Hamas desmanteló completamente sus infraestructuras en el de Erez, en la frontera norte con Israel.
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Las estructuras prefabricadas pertenecientes al movimiento islamista se desmantelaron y se cargaron en camiones, constató un periodista de la AFP.
En el puesto de Rafah, en el sur, fronterizo con Egipto, se organizó una ceremonia para formalizar la transferencia.
“No hay amarillo o verde. Todo el pueblo palestino (está unido) bajo la bandera palestina”, afirmó el ministro del Habitat, Mufid al Hasayneh, aludiendo a los colores de las banderas de los partidos políticos rivales.
“Hoy comenzamos a ejercer nuestros deberes, bajo la dirección del primer ministro (Rami Hamdalá), al recibir el control de todos los puestos fronterizos”, destacó Al Hasanyeh.
En la terminal de Rafah ondeaban banderas palestinas y egipcias al lado de grandes fotos de los presidentes Mahmud Abas y Abdel Fatah al Sisi.
Hamás se hizo por la fuerza con el poder de la franja de Gaza en junio de 2007, al término de enfrentamientos con los miembros de Al Fatah, su rival político, dirigido por Abas.
Esta transferencia de los puntos fronterizos era considerada como una primera prueba para el nuevo acuerdo, tras el fracaso de múltiples intentos de reconciliación en estos diez años anteriores.
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Su firma, el 12 de octubre con mediación egipcia, se produjo en un momento en que la situación humanitaria de los dos millones de habitantes de la franja de Gaza no deja de empeorar. Apenas tienen unas pocas horas de electricidad al día y sufren escasez de agua potable.
Israel impone un bloqueo a la franja de Gaza desde hace una década, alegando que es necesario controlar al movimiento Hamás, al que considera –al igual que Estados Unidos o la Unión europea– como una “organización terrorista”, y contra el cual ha librado tres guerras desde 2008.
El acuerdo de reconciliación palestina generó la esperanza de una apertura más frecuente de la frontera egipcia, lo que podría atenuar las carencias de la población.
Egipto ha cerrado de forma regular su frontera con el enclave palestino desde 2013. El paso de Rafah no fue abierto este miércoles pese a la transferencia de su control a la Autoridad Palestina. Hamás dijo que espera que eso ocurra en los próximos días.
El negociador jefe de Fatah, Azam al Ahmad, dijo a la prensa palestina que se reabrirá el 15 de noviembre, una información aún no confirmada por Egipto.
En un comunicado, el coordinador especial de Naciones Unidas para la paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, celebró el traspaso.
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Este debe “permitir desbloquear un mayor apoyo internacional para la reconstrucción, el crecimiento, la estabilidad y la prosperidad de Gaza”, subrayó.
El gobierno israelí aún no había reaccionado a la transferencia de control de los puestos fronterizos, pero el organismo israelí encargado de los asuntos civiles en los Territorios Palestinos (Cogat) declaró que se reuniría con responsables de la Autoridad en los próximos días.
Las principales facciones palestinas deben reunirse en El Cario a finales de mes para debatir la formación de un gobierno de unidad.
Israel advirtió, no obstante, que rechazaría cualquier gobierno de unidad que incluyera a Hamás si este movimiento no se desarma y reconoce el derecho de existencia del Estado judío.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) dirigida por Abas ha reconocido a Israel, pero no asi el Hamás.