Ex primer ministro francés Manuel Valls va a la conquista de la alcaldía de Barcelona

El objetivo del político es formar una plataforma transversal que aglutine el voto de centro y contrario a la independencia

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Barcelona. El ex primer ministro francés Manuel Valls anunció este martes su candidatura a la alcaldía de Barcelona, su ciudad natal, en una apuesta arriesgada que está provocando movimientos en el tablero político de la segunda ciudad española.

"Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona", declaró Valls, de 56 años, en catalán, en una conferencia en el Centro de cultura contemporánea de la ciudad que puso fin a meses de especulaciones sobre su concurrencia a las elecciones municipales de mayo del 2019.

El movimiento –un ex primer ministro francés optando a una alcaldía de otro país– es insólito pero también arriesgado, señalan los analistas.

"Parece difícil que acabe siendo alcalde", señala el politólogo de la Universidad de Barcelona, Jordi Muñoz, apuntando a la alta fragmentación del voto con hasta siete partidos representados en el ayuntamiento.

Su objetivo es formar una plataforma transversal que aglutine el voto de centro y contrario a la independencia, pero por ahora solo dispone del apoyo del partido liberal Ciudadanos.

Si quiere dirigir la ciudad, debe ser la fuerza más votada y esperar que sus rivales, especialmente la actual alcaldesa de izquierda radical Ada Colau y los independentistas, no consigan una mayoría alternativa.

"Es la única manera que puede tener él de ganar, cosa que es muy complicado", afirma Oriol Bartomeus, politólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona.

En su comparecencia, repasó los numerosos problemas que enfrenta esta ciudad de 1,6 millones de habitantes: creciente inseguridad, degradación del centro histórico, saturación turística, problemas de acceso a la vivienda o fuga de empresas por la crisis separatista.

"La ciudad se encuentra sumida en una dinámica perdedora. Tenemos que frenarla, necesitamos cambiar de rumbo y un nuevo liderazgo cuanto antes mejor", dijo Valls.

Y para demostrar su compromiso con el proyecto, anunció la dimisión la próxima semana de todos sus cargos políticos en Francia.

"Pase lo que pase me quedaré (...) Soy barcelonés, es por delante de todo una opción personal, una opción de vida", afirmó.

Para su campaña ha reclutado al exdirector de comunicación del FC Barcelona, el club de sus amores, y quien fuera la mano derecha del alcalde Pasqual Maragall (1982-1997), artífice de los Juegos Olímpicos de 1992.

"Es un candidato que no conoce Barcelona, que no es conocido en Barcelona", afirmó el expresidente catalán Carles Puigdemont, mientras que su sucesor Quim Torra le deseó "un fracaso importante".

En la céntrica plaza Sant Jaume, donde se encuentran el ayuntamiento y la sede del gobierno regional, algunos ciudadanos ven con extrañeza su candidatura.

"No sé qué viene a hacer este aquí", se enfada Laura Bozzo, jubilada de 68 años y militante independentista.

“Imagino que como no lo quieren en Francia, viene a Barcelona a ver si pesca algo”, añade en referencia a sus frustradas aspiraciones para convertirse en candidato presidencial socialista en el 2017.

"No lo veo mal (...) Es una persona de prestigio, con reconocimiento internacional y puede mejorar la imagen de Barcelona", opina por su parte David Centellas, empleado de banca de 37 años.

Su candidatura ha hecho mover ficha a los partidos independentistas, que ven en Barcelona una pieza clave para conseguir su proyecto.

El progresista ERC reemplazó a su antiguo candidato por el actual ministro regional de Exteriores, Ernest Maragall, hermano del exalcalde cuyo legado reivindica el francés.

Y el conservador PDeCat, del expresidente regional Carles Puigdemont, baraja apostar por Ferran Mascarell, actual delegado del gobierno regional en Madrid y excolaborador de Maragall.

"Es una candidatura disruptiva", afirma Joaquim Coll, historiador y analista político cercano a los postulados de Valls que ve su jugada "arriesgada" pero no "un movimiento suicida".

El ex primer ministro francés (2014-2016) bajo la presidencia de François Hollande se ha hecho un hueco en la agenda informativa española en los últimos meses por su implicación en la lucha contra el independentismo.

Nacido en Barcelona durante las vacaciones de sus padres, Valls ha hecho vida en Francia pero se ha mantenido atado a la ciudad donde vive ahora su hermana y habla perfectamente catalán y español, aunque con un ligero acento francés.