Donald Trump, furioso, pide procesar al exdirector del FBI James Comey

El presidente lanza una andanada de descalificaciones, irritado por la publicación de las memorias del exfuncionario

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Washington. “Débil”, “filtrador y mentiroso”, “baboso desleal”: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó el viernes a procesar al despedido jefe del FBI James Comey, en una furibunda arremetida por la publicación de las esperadas memorias del exfuncionario.

En dos tuits, el mandatario desató su ira sobre el exdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI), a quien abruptamente echó el año pasado, justo cuando Comey lanza su libro A Higher Loyalty: Truth, Lies and Leadership (Una lealtad mayor: verdad, mentiras y liderazgo).

“James Comey es un probado FILTRADOR Y MENTIROSO. Prácticamente todos en Washington pensaron que debía ser despedido por el terrible trabajo que hizo, hasta que, de hecho, fue despedido. Filtró información CLASIFICADA, por la cual debería ser procesado”, escribió Trump.

“Le mintió al Congreso bajo JURAMENTO. Es un débil y un baboso desleal que fue, como ha demostrado el tiempo, un terrible director del FBI. Su manejo del caso de la deshonesta Hillary Clinton, y los hechos que lo rodearon, pasarán como uno de los peores ‘trabajos chapuceros’ de la historia. ¡Fue un gran honor para mí despedir a James Comey!”, añadió.

El presidente provocó un terremoto político al echar a Comey en mayo pasado, desconforme con la pesquisa del FBI sobre el uso de correos electrónicos de Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado (por lo cual no fue procesada), y con la investigación de la llamada trama rusa.

Al comentar entonces el despido de Comey, Trump consideró “un invento” la posibilidad de que su equipo de campaña en el 2016 se hubiera confabulado con Moscú para favorecer su triunfo electoral en detrimento de su rival Clinton.

En una audiencia en el Senado, Comey denunció luego presiones de la Casa Blanca. Dijo que el presidente le exigió “lealtad” y le pidió que abandonara la investigación contra el general Michael Flynn, quien debió dejar su puesto como asesor de Seguridad Nacional por declaraciones falsas sobre sus contactos con Rusia.

Tras la partida de Comey, Robert Mueller, director del FBI entre el 2001 y el 2013, fue nombrado fiscal especial a cargo de la pesquisa sobre la presunta connivencia con los rusos y la posible obstrucción a la Justicia por parte de Trump.

Mueller, cuyo trabajo enfurece a Trump, poniendo por enésima vez sobre la mesa esta semana la posibilidad de que el mandatario lo despida, emitió hasta ahora 19 acusaciones, algunas a personas cercanas al presidente, pero ninguna vinculada con una eventual colusión con Moscú.

Trump, mentiroso y desubicado

Comey respeta la naturaleza clasificada de la investigación de Mueller en sus memorias, en las que presenta a Trump como un mentiroso inveterado comparable a un jefe mafioso.

En su libro, que saldrá a la venta el martes, Comey, de 57 años, repasa sus 20 años de carrera como fiscal de Nueva York, secretario adjunto de justicia durante el gobierno de George W. Bush y jefe del FBI entre 2013 y 2017.

Las reuniones con Trump me trajeron “recuerdos de mi anterior carrera como fiscal contra la mafia”, dice Comey, según fragmentos a los que accedieron varios medios, incluida la AFP.

“El círculo silencioso de asentimiento. El jefe en control total. Los juramentos de lealtad. La cosmovisión de nosotros contra ellos. La mentira sobre todas las cosas, grandes y pequeñas, al servicio de algún código de lealtad que pone a la organización por encima de la moralidad y por encima la verdad”, señala.

Según Comey, Trump no tiene claro lo que está bien y lo que está mal. “No es ético y está desvinculado de la verdad y los valores institucionales”, asegura.

Comey afirma que Trump estaba obsesionado con un “video sobre orina”, que supuestamente lo involucra con prostitutas en un hotel en Moscú en el 2013 y cuya existencia fue reportada por un exagente de inteligencia británico que investigó supuestos vínculos entre la campaña de Trump y Rusia.

Trump le pidió a Comey que averiguara sobre “lo que llamó la ‘cosa de la lluvia dorada’”, cuenta el exdirector del FBI en su libro, diciendo que el presidente estaba decidido a demostrarle a su esposa, Melania, que el video no existía.“Tengo fobia a los gérmenes. No hay forma de que deje que la gente orine sobre mí”, dijo Trump, según Comey.

Los escándalos sexuales han perseguido a Trump desde que era un magnate inmobiliario de Nueva York, y ahora en la Casa Blanca.

En el último año, dos mujeres, la actriz porno Stormy Daniels y la conejita Playboy Karen McDougal, dijeron haber recibido dinero para ocultar presuntos amoríos con Trump hace más de una década, cuando este ya estaba casado con Melania.

Sobre el supuesto video de Moscú, Comey señala: Trump “negó enérgicamente las acusaciones, preguntando, retóricamente, supuse, si parecía ser un hombre que necesitaba el servicio de prostitutas”.