Coalición de centro-izquierda se juega poder en elecciones de Estonia

La extrema derecha aspira a duplicar su cuota de poder en el Parlamento de ese país báltico

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Tallin. La coalición de centro-izquierda en Estonia se juega su supervivencia en las elecciones legislativas del domingo, frente a la oposición liberal y al ascenso de la extrema derecha.

La campaña, bastante monótona, se centró en la fiscalidad, las tensiones sobre la enseñanza en ruso para la minoría rusófona y la fractura entre las ciudades y el campo.

Una encuesta del instituto Kantar Emor realizada entre el 14 y el 20 de febrero anunciab una competición reñida.

El Partido del Centro, del primer ministro Juri Ratas, cuenta con un 24,7% de intención de voto, justo por detrás de los liberales del Partido de la Reforma, liderados por la exdiputada europea Kaja Kallas, que obtienen un 25,7%. Ambas formaciones podrían aliarse con los socialdemócratas, que cuentan con el 10,1%, y los conservadores de Pro Patria, con un 9,2%.

Los dos últimos forman parte del gobierno de Ratas, al que le falta un diputado para tener la mayoría en el Parlamento de 101 escaños.

En la extrema derecha, el partido EKRE promete generosos gastos sociales y desarrolla la retórica antimigrantes, lo que podría permitirle duplicar su resultado, llegando al 21,3%. Aunque no significa que le resulte fácil encontrar socios para una coalición.

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Entre cinco y seis formaciones entrarían al Parlamento, una división del tablero político que podría dificultar una coalición.

El Centro y la Reforma, adversarios tradicionales, se han alternado en el poder e incluso en ocasiones han gobernado juntos durante las últimas tres décadas, desde que Estonia se liberó del control soviético. Los dos apoyan a la Unión Europea (UE) y a la OTAN y han sabido controlar el gasto público, dando a Estonia la relación entre deuda y PIB más baja de la zona euro.

El desempleo anda por debajo del 5%, y el crecimiento debería alcanzar este año el 2,7%, tras un 3,5% en 2018.

El partido EKRE, que parte con un resultado del 7% obtenido en el 2015, debería llegar el tercero, por detrás de las dos grandes formaciones.

EKRE, firmemente euroescéptico, pidió un referendo por un estxit; es decir, por una salida de la UE, un proyecto sin posibilidad de éxito en un país muy proeuropeo.

Para el especialista en Ciencias Políticas de la Universidad de Tallin, Tonis Saarts, el auge de EKRE se asemeja al de otros partidos de extrema derecha en Europa. Su popularidad, dice, se debe a los resentimientos de la población rural que se siente abandonada después de años de austeridad bajo el mando del Centro y de la Reforma.

Desde hace años, el Centro fue la primera opción de los electores de habla rusa.La minoría rusa, una cuarta parte de la población estonia de 1,3 millones de personas, se inquieta sobre todo por las promesas de campaña de la Reforma, Pro Patria y EKRE que pretenden reducir la enseñanza en ruso en las escuelas.

Centro, en cambio, quiere preservar el sistema actual, heredado de la URSS.

Los comicios se celebrarán el domingo desde las 7 GMT (1 a. m. hora e Costa Rica) hasta las 18 GMT (12 m hora costarricense).

Los primeros resultados oficiales se conocerán hacia medianoche.