Clinton y Trump 'velan armas' antes del último debate de la campaña

El cara a cara será sobre temas como inmigración y economía

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Washington

Hillary Clinton y Donald Trump se concentraban este martes en la preparación del debate que los opondrá el miércoles, el último de la campaña presidencial estadounidense, con sondeos que muestran una ventaja de la exsecretaria de Estado.

El cara a cara, a escasas tres semanas de las elecciones, representa la última oportunidad del candidato republicano, Donald Trump, de mantener viva la esperanza de llegar a la Casa Blanca.

Ambos deberán polemizar en torno a una agenda que incluye temas de inmigración, economía y el nombramiento de un juez en la Corte Suprema de Justicia.

Los dos debates anteriores también tenían agendas predeterminadas, pero eso no evitó que se convirtieran en festivales de acusaciones de todo calibre, escenario que podría repetirse este miércoles en la Universidad de Nevada en Las Vegas (oeste).

Pero los dos candidatos presidenciales no llegan a este debate libres de polémica, ya que Trump hizo estallar un nuevo escándalo al denunciar que las elecciones estarán manipuladas, en tanto la aspirante demócrata sigue acosada por el caso de sus mensajes electrónicos enviados desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado.

Trump, que pasó una semana contemplando cómo el país discutía sobre unas grabaciones en las que se ufanaba de tocar y besar a mujeres sin su consentimiento, contraatacó en los últimos días denunciando fraude electoral y acusando a la prensa de ser parte de una manipulación para garantizar la victoria de Clinton.

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El magnate no presentó ninguna prueba, pero un sondeo realizado por Politico y Morning Consult mostró que un 43% de los votantes piensa que efectivamente la elección podría serle birlada. Entre los potenciales electores del polémico millonario, ese porcentaje se eleva a un 71%, de acuerdo con la encuesta.

Ante las advertencias sin precedentes realizadas por Trump, funcionarios estatales en todo el país se apresuraban a asegurarle al público que eso no habrá irregularidades, y algunos están tomando medidas sutiles para incrementar la seguridad en las casillas debido a las pasiones encendidas por la contienda.

"Este ambiente electoral es diferente a cualquier otro previo", dijo Chris Whitmire, vocero de la Comisión Electoral de South Carolina. Algunos estados están tratando de coordinarse con agencias policiales locales para fortalecer la seguridad sin realizar una exhibición de fuerza con mano dura, lo cual podría ser ilegal.

Sin embargo, la principal funcionaria electoral de Indiana dijo el martes que miles de registros de votantes han sido alterados, lo que incrementa la preocupación sobre el posible fraude electoral y provocó que su oficina advirtiera al electorado a que corrobore su información en línea y vote lo más pronto posible para evitar problemas el día de los comicios.

La secretaria de Estado Connie Lawson dijo en un comunicado que la base de datos estatal de registro de votantes en Internet no ha sido hackeada, pero que se cambiaron los registros en formatos de papel, en línea y en oficinas de la Oficina de Vehículos de Motor.

"En este momento, mi oficina no está segura del motivo por el que se cambiaron esos registros, pero hemos evaluado el Sistema de Registro de Votantes Estatal y no hemos encontrado indicios de que haya estado en riesgo", dijo la republicana Lawson.

Irresponsable. El mandatario Barack Obama salió al paso de las acusaciones de Trump y dijo este martes que se trata de un gesto "irresponsable" que "no muestra el tipo de liderazgo y firmeza que uno desea ver en un presidente".

"La democracia, por definición, funciona por acuerdos, no por la fuerza. Yo nunca he visto en mi vida ni en la historia política moderna a un candidato buscando desacreditar el proceso electoral antes de que la votación tenga lugar", criticó.

En un acto público en Colorado Springs (Colorado, oeste), Trump suavizó ligeramente este martes esa declaración, pero mantuvo que "el sistema es manipulado por los donantes que dan centenares de millones de dólares a 'Hillary la Tramposa'. Es un mal sistema".

En tanto, Jennifer Palmieri, jefa de comunicaciones de la campaña demócrata, dijo este martes a la prensa que el republicano cuestiona el sistema electoral para desviar la atención de los escándalos con mujeres "y también porque está perdiendo".

"Nosotros tenemos confianza en esta elección", aseguró.

En los últimos días, mientras Trump buscaba apagar las llamas de las denuncias sobre su comportamiento abusivo con mujeres en el pasado, Clinton decidió adoptar un perfil bajo y no disputarle el protagonismo.

No obstante, la candidata no pudo eludir la polémica tras la divulgación el lunes por el FBI de documentos que indicaban que un alto funcionario del Departamento de Estado presionó en 2015 a la agencia para bajar el nivel de clasificación de un mensaje confidencial de Clinton.

El Departamento de Estado analizaba en ese momento decenas de miles de correos del servicio de mensajería privado de la exsecretaria con el objeto de publicarlos en un sitio gubernamental.

En esos procedimientos, los mensajes fueron clasificados como confidenciales o secretos, una clasificación molesta para Clinton ya que no debía intercambiar información confidencial en un servidor no gubernamental.

El FBI investigó y concluyó en julio que las acusaciones penales no estaban justificadas, aunque el director de la agencia James Comey dijo que la exsecretaria de Estado había actuado con "extrema negligencia". El mensaje en cuestión finalmente no fue desclasificado.

Para el general retirado Michael Flynn, asesor de Trump, los mensajes "proporcionan una prueba indiscutible de que Hillary Clinton buscó la complicidad del FBI, del Departamento de Justicia y del Departamento de Estado para encubrir actividades delictivas".

La cuestión de los correos llevó a Trump en el último debate a sugerir que, en caso de resultar electo, designaría a un fiscal general para abrir una investigación especial sobre el caso.

Además, miles de correos de John Podesta, un asesor de Clinton, revelados por el sitio web WikiLeaks, también revelan datos incómodos sobre la posición y la relación de la candidata con los bancos y Wall Street.

Los sondeos coinciden en dar a Clinton una ventaja: el promedio de las encuestas le otorga una diferencia de casi siete puntos porcentuales (45,9% contra 39%) a nivel nacional, aunque Trump aparece con superioridad mínima en Ohio, Georgia, Iowa y Arizona.