China y el Vaticano renuevan acuerdo sobre nombramiento de obispos

Prórroga es por dos años, según lo previsto; la Santa Sede ignora pedido de Estados Unidos en contra de esa decisión

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe
Feligreses asistieron a una misa, el 24 de diciembre del 2019, en la catedral Xishiku en Pekín. AFP Feligreses asistieron a una misa, el 24 de diciembre del 2019, en la catedral Xishiku en Pekín. AFP (NOEL CELIS/AFP)

Pekín. China y el Vaticano renovaron el jueves su histórico acuerdo sobre el nombramiento de los obispos, pese a las advertencias de Estados Unidos, que denuncia la represión que -según Washington- sufren los católicos de China.

“China y el Vaticano han decidido, tras consultas amistosas, prolongar por dos años el acuerdo temporal sobre el nombramiento de obispos”, dijo a la prensa el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijan.

El Vaticano también confirmó este jueves el acuerdo en una nota oficial.

“Tras expirar la vigencia del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China sobre el nombramiento de obispos (...), las dos partes acordaron extender la fase de implementación experimental del acuerdo por otros dos años”, puntualizó.

Pekín y el Vaticano firmaron en setiembre del 2018 un acuerdo provisional y renovable en octubre del 2020 que deseaba poner fin a cerca de 70 años de tensiones por la espinosa cuestión de la designación de los prelados.

Al confirmar este acercamiento con China, la Santa Sede ignora las críticas de Estados Unidos, que le había pedido no renovar ese acuerdo bilateral.

“El acuerdo entre China y el Vaticano no ha protegido a los católicos ante las acciones del Partido” comunista chino, denunció el pasado mes el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

En su nota oficial, el Vaticano expresó que “pretende continuar el diálogo abierto y constructivo para promover la vida de la Iglesia católica y el bien del pueblo chino”, una respuesta indirecta a las críticas de Washington.

Justo antes de la renovación del acuerdo con Pekín, la mano derecha del papa Francisco, el cardenal Pietro Parolin, declaró a la prensa el miércoles estar "contento" por ello.

Fieles católicos leían la Biblia mientras participaban en la festividad de la Ascensión en una iglesia "clandestina" en Tianjin, China, en mayo del 2015. AFP Fieles católicos leían la Biblia mientras participaban en la festividad de la Ascensión en una iglesia "clandestina" en Tianjin, China, en mayo del 2015. AFP (GREG BAKER/AFP)

"Desde luego, hay numerosos problemas que el acuerdo no intentaba resolver" aseguró, aunque rehusó hablar de "persecuciones" contra los católicos chinos.

Dos iglesias

Los 12 millones de católicos de China están divididos entre una iglesia clandestina, llamada “subterránea”, que solo reconoce la autoridad del Papa, y la iglesia “oficial”, sometida al régimen.

En virtud del acuerdo del 2018, el papa Francisco reconoció a ocho obispos nombrados por Pekín sin su aprobación y las autoridades chinas reconocieron a su vez a dos antiguos prelados de esta iglesia subterránea.

Pero las concesiones realizadas por el Vaticano no han hecho que la vida de los cristianos de esta iglesia clandestina china, que representaría unos 6 millones de fieles, sea más fácil.

Escombros de un templo católico demolido en Puyang, provincia china de Henan, en agosto del 2018. AFP Escombros de un templo católico demolido en Puyang, provincia china de Henan, en agosto del 2018. AFP (GREG BAKER/AFP)

Los católicos, al igual que los fieles de otras religiones, padecen esta política de omnipresencia del régimen que se manifiesta en la destrucción de templos o de cruces situadas en los tejados de los edificios o en el cierre de escuelas consideradas confesionales.

“La situación no ha mejorado en absoluto” declaró antes de la renovación del acuerdo un exsacerdote clandestino de la provincia de Jiangxi (centro), y agregó que la perspectiva de renovar el acuerdo Vaticano-Pekín deja a los católicos “desamparados y desesperados”.

Al otro lado del país, en la provincia de Liaoning (noreste), uno de sus colegas informó de un aumento de la vigilancia. “Otros sacerdotes me han dicho que tenga cuidado porque el clima se está poniendo tenso, pero sigo predicando y organizando clases de catecismo”, afirmó.

Del lado de la Iglesia patriótica, los sacerdotes contactados por la AFP prefirieron no responder.

Pero en su blog, uno de ellos, el padre Paul Han Qingping, de la provincia de Hebei (norte), se manifestó a fines de setiembre por una renovación del acuerdo.

"Con el levantamiento de los obstáculos, los obispos de China pueden ahora reunirse más a menudo para resolver los problemas de la Iglesia", escribió, aunque admitió que parte del clero clandestino se resistía a ello.

El obispo Melchior Shi Hongzhen esperaba para reunirse con feligreses después de un oficio religioso para celebrar la festividad de la Ascensión en una iglesia "clandestina" en Tianjin, China, en mayo del 2015. AFP El obispo Melchior Shi Hongzhen esperaba para reunirse con feligreses después de un oficio religioso para celebrar la festividad de la Ascensión en una iglesia "clandestina" en Tianjin, China, en mayo del 2015. AFP (GREG BAKER/AFP)

Pese a esta complicada situación, el Papa quiere restablecer las relaciones con el régimen comunista, rotas en 1951, y ha expresado el “sueño” de viajar al gigante asiático, adonde el catolicismo llegó en el siglo XVI, gracias fundamentalmente a misioneros jesuitas, la misma orden del Papa.

China y el Vaticano “seguirán hablando (...) y haciendo avanzar el proceso de mejorar sus relaciones”, declaró Zhao.

Para terminar de complicar las cosas, el Vaticano forma parte de los 15 Estados del mundo que reconocen el gobierno de Taiwán, isla dirigida por autoridades contrarias a Pekín desde 1949 y sobre la que China reivindica su soberanía.