Canciller de Chile: ‘Jamás fue una opción la renuncia del presidente Piñera'

El canciller chileno, Teodoro Ribera, señala que una dimisión es ajena a la tradición política chilena y que hoy el gobierno está haciéndose cargo de las demandas en salud y seguridad social de la ciudadanía

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La crisis social en Chile, admite el canciller Teodoro Ribera, sin duda tendrá un impacto fuerte en la imagen del país en el extranjero. Negarlo, dice, sería un error. Pero confía en la alta capacidad de resiliencia del país: “La situación que estamos viviendo es fácilmente remontable, en la medida que exista consenso social”.

El canciller asegura además que la decisión de suspender las cumbres APEC y COP fue recibida con “solidaridad” por los socios extranjeros de Chile. “El presidente ha asumido la agenda ciudadana como su principal objetivo y resolvió postergar las dos grandes cumbres para concentrarse en esta agenda ciudadana y no destinar 20 de los 60 días que faltan para finalizar el año a los temas internacionales. Esa es la expresión más clara de cómo cambió la agenda política en Chile”

“El mensaje que hay que darle a otros gobiernos de Latinoamérica es que el crecimiento económico es fundamental, pero hay que tener una preocupación de que cuando la población va aumentando sus niveles socioeconómicos, sus preocupaciones también van cambiando”, comenta, en esta entrevista con El Mercurio para el Grupo de Diarios América (GDA).

– Hasta antes la crisis, el chileno era visto como un modelo de desarrollo que proveía de bastante estabilidad política, económica, social y había permitido avanzar fuertemente la reducción de la pobreza. ¿Qué falló?

“No cabe duda alguna que el modelo económico chileno ha permitido que Chile tenga los mejores indicadores socioeconómicos de toda Latinoamérica. En materia de crecimiento, de disminución de la pobreza calidad de vida, etcétera (…).

"Lo que estamos viviendo, más bien, es una crisis social, en la que las personas tienen sus fuertes demandas; un porcentaje muy mayoritario lo expresa pacíficamente, pero tenemos un grupo minoritario, violento, anárquico, que ha sido capaz de destruir estaciones del metro, atentar contra bienes públicos y privados y generar una situación que dificulta también ejercicio de la vida cotidiana de la población. Eso va a conllevar no solamente un menor crecimiento económico, sino que también se genera una mala imagen internacional”.

– Usted lo mencionó: esto es resultado de cosas que han venido pasando en todos los últimos gobiernos y desde el retorno a la democracia chilena, ha tenido gobiernos de centroizquierda y de centroderecha, ¿hay un fracaso de la clase política o quizás, ya no está vigente el sistema derecha-izquierda?

“Estamos ante una crisis social, como señalé, no una crisis institucional. Y esta crisis social es multifactorial. Pensar que hay un factor que es el desencadenante de la crisis, no es así. Nadie nadie puede pretender que el 0,04 centavos de dólar que en su momento fue el aumento de la tarifa del metro desencadenara esta crisis, no es así. Es una acumulación de circunstancias que abarcan a diversos gobiernos, de diversos signo político.

“El mensaje que hay que darle a otro gobierno de Latinoamérica es que el crecimiento económico es fundamental, pero hay que tener una preocupación de que cuando la población va aumentando sus niveles socioeconómicos, sus preocupaciones también van cambiando”.“La Constitución es una piedra angular, que establece los derechos fundamentales las personas y su resguardo frente al Estado y finalmente establece la organicidad del Estado. La Constitución; sin embargo, no es la solución de todos los males.

– Incluso si no es un problema instituciones, ¿se ha visto afectada la confianza en esas instituciones democráticas?

“Hoy los partidos políticos y los actores políticos tienen bajos niveles de aprobación. Porque hay un disenso entre el rol que juegan los líderes políticos, los partidos y lo que demanda la ciudadanía".

– Hay un abanico tan grande de demandas como las mismas manifestaciones, pero desde el mismo gobierno se ha dicho que hay limitaciones de recursos,¿Cuáles son las medidas cruciales que van a permitir abrirse camino a la solución de esta crisis?

“El gobierno está haciendo grandes esfuerzos con el fin de generar un diálogo social que trascienda los partidos políticos. El gobierno está dispuesto también a discutir modificaciones en aspectos sensibles como lograr mayores consensos para la reforma tributaria; nuevamente en material previsional, e incluso en buscar una discusión en materia constitucional”.

– No estaba en los planes del gobierno modificar la Constitución ni hacer una nueva. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar ahora después de esta crisis?

“La Constitución es una piedra angular, que establece los derechos fundamentales las personas y su resguardo frente al Estado y finalmente establece la organicidad del Estado. La Constitución; sin embargo, no es la solución de todos los males. En la Constitución no hay ninguna norma que se refiera a cómo mejorar las pensiones ni cómo disminuir el valor de los medicamentos. Pero la Constitución, especialmente en nuestra realidad latinoamericana, es objeto de un fetiche.

Si uno mira Latinoamérica se caracteriza por una existencia muy alta de constituciones, todos los países la tienen. Es la creencia que la Constitución simboliza los males y la solución de los males.

En el caso chileno tenemos una Constitución que fue hecha durante el gobierno militar, fue modificada fuertemente en 1989 y luego ha tenido muchas modificaciones, la más principal el año 2005. Tanto ha sido modificada que quien firma la Constitución del 2005 es el expresidente Ricardo Lagos.

– Para definir el mecanismo o la decisión…

“Ese es un tema de discusión, pero creo que va a tener que haber necesariamente una forma plebiscitaria. Es un tema que si hay madurez política, le va a dar una fuerte estabilidad chilena para los próximos 20 a 30 años”.

– ¿Con madurez cívica se refiere a la capacidad de los actores políticos a conversar?

“De llegar acuerdos. Los actores políticos tienen que ser parte de la solución no del problema, tienen que ser capaces de visualizar de que lo que está en debate en la república más allá de su cargo individuales”.

– ¿Usted ha visto indicios de que eso puede ocurrir?

“Creo que los partidos tiene que tener procesos de maduración, pero creo que la gente está saliendo de las trincheras y se está dando cuenta que todos son parte del problema y todos tenemos que ser parte de la solución”.

– El presidente dijo que él quiere llegar hasta el final de su gobierno…

“Eso no está en duda”.

– ¿Ha estado alguna vez la opción sobre la mesa la renuncia presidencial?

“Jamás. En un sistema presidencial, el presidente de la República es quien da estabilidad la república. El presidente podrá hacer cambios de los ministros, pero lo otro es ajeno a la tradición política chilena”.

– Hay denuncias de violación a los Derechos Humanos presuntamente por parte de miembros de las Fuerzas Armadas y de Carabineros que preocupan tanto dentro del país como el exterior. ¿Cómo está enfrentando estos cuestionamientos el gobierno?

“El presidente, personalmente, antes de decretar estado de emergencia instruyó a que los jueces de garantías fiscales tuvieran una alta presencia y acceso a lugares de atención que los defensores penales públicos pudieran asistir a las personas, que hubiera un instructivo sobre uso de la fuerza por parte de Carabineros, que las Fuerzas Armadas principalmente se concentraran en lugares estratégicos y no en la vía pública y tuvieran un uso de la fuerza lo más racional y imprescindible posible. Y con posterioridad se contactó con la alta comisionada de derechos humanos Michelle Bachelet para que se decidiera enviar una comisión a Chile”.

– Hay cancilleres como el argentino, el ministro Jorge Faurie, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, que han hablado o de una brisa bolivariana en las protestas chilenas o de una injerencia o participación del foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, sugiriendo una suerte de conspiración y como fuentes de agitación en la protesta. ¿El gobierno tiene indicios de algo así?

"Estamos investigando si hay una intervención extranjera, pero creo que lo urgente no es justificar ello por la intervención extranjera sino que primero abocarnos profundamente a entender el por qué sucedió lo que sucedió en un país con el nivel de desarrollo que tiene Chile”.

– Vamos a una de las decisiones más complicadas en las que usted tuvo un rol: suspender las cumbres de APEC y de la COP25. ¿Cuánto cree usted que va a repercutir en la imagen de Chile, por ejemplo como una señal para los inversionistas extranjeros?

"La suspensión de APEC es la siguiente: lo que suspendimos fue la reunión de líderes, cumbres y SOM que se producía al final de un proceso de un año. Pero la entrega de los materiales y de los avances se sigue adelante, lo que suspendimos fue la parte más visible y política. Pero la APEC durante un año la gestionamos la llevamos a cabo y entregaremos los avances, que son notables, a Malasia.

En lo que respecta a la COP, lo que se suspendió fue que Chile fuera el país anfitrión de una asamblea de Naciones Unidas, pero Chile sigue siendo y teniendo la presidencia de la COP por tanto y en eso se demuestra que nuestra presencia internacional sigue siendo reconocida, porque en definitiva se confía en que Chile dirija la COP a través del ejercicio de la presidencia.

Pensar que una crisis social como esta no afecta la imagen internacional es un error. Lo que tenemos que hacer es recuperar el diálogo social y repensar el futuro de este país para los próximos 20 o 30 años”.

– En la región hay cambios en los gobiernos. ¿Qué futuro le ven a proyectos como Prosur que impulsaron tan fuertemente con el gobierno de Mauricio Macri o por ejemplo del Grupo de Lima que también se está viendo afectado?

“Con Argentina nos une no solamente una larga frontera, sino que una larga historia común. Y con Argentina se ha estado trabajando ya en una alianza que vaya más allá de los gobiernos. Esta alianza estratégica significa generar un corredor bioceánico, acceso a los puertos, explotación de minerales en zona fronterizas, vías de comunicación, etc. Dado que esos temas son estratégicos para ambos países nosotros auguramos que con prescindencia de quién gobierna en Chile o Argentina, los temas son de intereses recíprocos y tienen que seguir siendo impulsados. Eso es lo que es explicable bajo un prisma de racionalidad".

– ¿Usted enmarcaría las protestas chilena en otras similares, otros movimientos sociales similares ocurridos en otras partes del mundo?

“Lo que sucede en Chile ha sucedido también en otros países que tienen niveles de desarrollo más crecientes, una juventud que ha vivido muchos años con crecimiento económico y que son capaces de generar a través de las relaciones y mundos propios".

– Hay otra cosa que tienen en común y es que ninguna tiene un líder visible y creo que acá se da lo mismo. ¿Ha sido una dificultad para el gobierno?

“No solo no tienen líderes visibles. Sino que la convocatoria no se realiza por los medios tradicionales, no hay un aviso de prensa que diga nos reunimos tal día a tal hora, ni por la prensa escrita ni por los nuevos medios. Es esta nueva forma de relacionarse que demuestra la dificultad que tienen los políticos de vincularse con estos grupos sociales y de lograr captar cuáles son efectivamente los temas sensibles que les aquejan”.