Barack Obama abre vía para que familiares paguen rescate por rehenes

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Washington. AP y EFE. El presidente Barack Obama despejó el camino, el miércoles, para que las familias de rehenes estadounidenses paguen rescate por sus seres queridos, a pesar de una vieja prohibición de Estados Unidos a hacer concesiones a grupos terroristas.

Como parte de una revisión de las políticas sobre los rehenes, la Casa Blanca dijo que no tiene la “intención de agravar el dolor de las familias con la insinuación de que podrían ser acusados penalmente”.

No habrá cambios en la ley que prohíbe dar apoyo material a los terroristas, pero el Departamento de Justicia indicó que no obligará a las familias que pagan rescate a rendir cuentas.

El Gobierno ratificó su política de “nada de concesiones”, pero los funcionarios pueden ayudar a las familias a comunicarse con los secuestradores, sea por contacto directo con los terroristas o a través de intermediarios.

“Estos esfuerzos tendrán por finalidad garantizar la seguridad de una familia para impedir que sean estafados o castigados aún más por el secuestrador”, dijo la Casa Blanca en un documento. “En pocas palabras, no abandonaremos a las familias en su momento de mayor necesidad”.

El presidente habló sobre la nueva disposición desde la Casa Blanca, poco después de una reunión a puertas cerradas con familiares de algunos rehenes.

Obama ordenó la revisión el año pasado, después que varias familias se quejaron de amenazas de acusaciones judiciales, así como de la información escasa, confusa y a veces contradictoria brindada por el Gobierno.

Las que más se quejaron fueron aquellas que sufrieron la muerte de un ser querido secuestrado por el Estado Islámico (EI), al-Qaeda u otros grupos.

Cuatro rehenes estadounidenses fueron decapitados por el EI en el último año.

Se trata de los periodistas James Foley y Steven Sotloff y los trabajadores humanitarios Peter Kassig y Kayla Mueller.

Varios familiares de esos y otros estadounidenses cautivos calificaron de incoherente la asistencia que les aportaron las autoridades, y algunos aseguraron haber recibido amenazas de ser juzgados si trataban de pagar un rescate para liberarlos.

Los Gobiernos europeos habitualmente pagan rescate y obtienen la liberación de sus rehenes. Pero Estados Unidos sostiene que el pago de rescate financia la actividad terrorista y convierte a sus ciudadanos en blancos más apetecibles.

“Creo firmemente que si el Gobierno de EE.UU. paga rescates a terroristas, se arriesgaría a poner en peligro a más estadounidenses y financiaría el terrorismo que estamos tratando de parar”, afirmó Obama.

No obstante, aclaró que el Departamento de Justicia no va a procesar a ningún estadounidense que decida pagar por su cuenta un rescate por la liberación de su familiar secuestrado.

Más de 30 estadounidenses permanecen secuestrados hoy en todo el mundo, según detalló la asesora de Obama para seguridad nacional y antiterrorismo, Lisa Monaco.

Entre las medidas anunciadas, y emitidas mediante una orden ejecutiva que no requiere la aprobación del Congreso, está también la creación de un centro de coordinación de respuesta a la toma de rehenes, con sede en el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Ese centro contará con una persona “dedicada a coordinar el apoyo que las familias obtienen del Gobierno”, según Obama, que además nombrará pronto a un “enviado especial presidencial para asuntos de rehenes”, centrado en “liderar los esfuerzos diplomáticos con otros países” para lograr la liberación de esos estadounidenses.

El anuncio de Obama ha suscitado críticas de algunos republicanos, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, que consideran que las consecuencias serán las mismas si las organizaciones terroristas reciben un rescate de las familias que si lo hubieran obtenido del Gobierno.

“Durante más de 200 años, hemos tenido una política de no pagar rescates y no negociar con terroristas. Lo que me preocupa es que al levantar este principio, se ponga en peligro a más estadounidenses, aquí y en el extranjero”, indicó Boehner.

Las nuevas medidas tampoco han satisfecho a todos los familiares de rehenes, que en algunos casos siguen irritados por el hecho de que Obama hiciera una excepción a su política de no negociar la liberación de rehenes en el caso del sargento Bowe Bergdahl.

Bergdahl, retenido por los talibanes en Afganistán, fue liberado en mayo de 2014 tras una negociación en la que EE. UU. entregó a cambio a cinco presos de Guantánamo (Cuba), una excepción que Obama ha justificado al alegar que el sargento era un prisionero de guerra.

Elaine Weinstein, cuyo esposo Warren fue accidentalmente asesinado en un ataque de dron de Estados Unidos en abril cuando lo retenía al-Qaeda, dijo en un comunicado que el Gobierno no debería hacer esas distinciones entre los rehenes “basándose en su trabajo”.