Río de Janeiro. AFP. Un soborno de $568.000 debieron rechazar los policías brasileños que capturaron ayer a Nem, el narcotraficante más buscado de Río de Janeiro.
Antonio Francisco Bonfim Lopes, alias Nem, de 35 años, fue detenido cuando huía de la favela que comandaba, al igual que otros 14 narcotraficantes y policías corruptos que los protegían.
La Policía señaló que instalaron un retén en el barrio residencial de Lagoa, uno de los accesos a la Rocinha –la mayor favela de Brasil, donde viven más de 120.000 personas–, y detuvieron a un vehículo con neumáticos bajos, sospechando que tal vez había algo pesado en la cajuela.
“Uno de los ocupantes del vehículo se identificó como el cónsul honorario de Congo y se negó a que el vehículo fuera inspeccionado” invocando su inmunidad diplomática, expresó el comisario Víctor Poubel. Un segundo ocupante dijo que era abogado.
Los policías decidieron entonces escoltar el coche a la sede de la Policía Federal, pero el vehículo se detuvo a medio camino y sus ocupantes intentaron sobornar a los agentes hasta con $568.000 que llevaban en efectivo.
“Se llamó a refuerzos policiales y el vehículo fue inspeccionado: en la cajuela estaba Nem”, detalló el comisario.
En la sede de la Policía Federal, Nem tuvo derecho a usar el teléfono y llamó a su madre, a quien pidió que sus hijos vayan normalmente a la escuela. “Tiene siete hijos –dos adoptados– de tres mujeres diferentes, y manifestó que cuando salga de la cárcel volverá a tener una vida normal”, reveló Poubel.
Narco por casualidad. Según las radios brasileñas, Nem, exempleado modelo de una empresa de telecomunicaciones, entró en el crimen organizado por casualidad, después de haber pedido dinero prestado a Lu, un exjefe del narcotráfico de Rocinha, para pagar los gastos hospitalarios de una de sus hijas.
Para reembolsar sus deudas, comenzó a traficar droga y luego se convirtió en jefe de la facción “Amigo de los Amigos” (ADA) que controla la Rocinha.
Entre los otros 14 arrestados figura el brazo derecho de Nem, Anderson Rosa Mendona, alias Coelho (Conejo), así como el exjefe del narcotráfico de la favela de Macaé, y cinco policías corruptos quienes ayudaban a escapar a los traficantes.
La policía halló en los coches una decena de pistolas, dos fusiles AK-47, un fusil M-16, granadas de uso militar, cargadores, dinero en efectivo en euros y en reales, cadenas y pulseras de oro, incluida una que reza “Jesús”.
El secretario de Seguridad de Río, José Mariano Beltrame, saludó desde Alemania el éxito de la operación e indicó que la reconquista de la Rocinha “se acerca”.
La Rocinha sería la decimonovena favela reconquistada por los policías de manos de los narcotraficantes, que las controlan desde hace 30 años. La pacificación de la favela vecina, Vidigal, está prevista simultáneamente, según la prensa y algunos moradores.
Las autoridades del estado de Río, uno de los más violentos de Brasil, iniciaron en 2008 una carrera contrarreloj para pacificar los barrios pobres de la ciudad controlados por narcotraficantes y milicias paramilitares antes del Mundial de Futbol del 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016.
Más de 1,5 millones de personas (cerca de un tercio de toda la población) viven en unas 1.000 favelas en Río.