Arizona, EE. UU. AP. El controvertido sheriff Joe Arpaio tenía hasta ayer para responder a acusaciones del gobierno federal de que su departamento policial en Arizona cometió numerosos abusos, en particular contra inmigrantes.
Arpaio debía responder si su oficina examinará con las autoridades federales alternativas tendientes a corregir la situación.
El Departamento de Justicia de EE. UU. ha dicho que está dispuesto a demandar al jefe policial del condado de Maricopa en un intento por impulsar cambios si la oficina de Arpaio evade concertar un acuerdo o emprender acciones de buena fe para modificar sus políticas de manera voluntaria.
Arpaio dijo que su oficina cooperará con el Departamento de Justicia, pero puso de relieve que, si es necesario, iría a los tribunales.
Un informe que difundió en diciembre el Departamento de Justicia indica que la oficina de Arpaio ejerce acciones policiales contra personas solo por su apariencia hispana, ejecuta denuncias contra inmigrantes presentadas por civiles acusados de racistas y castiga a reclusos latinos por hablar español.
El jefe policial rechazó las acusaciones y describió al informe como un ataque con motivaciones políticas de parte del gobierno del presidente Barack Obama.
Los cargos de violaciones a los derechos civiles han propiciado que algunos detractores exijan la renuncia de Arpaio, quien, asegura, no renunciará.
El Departamento de Justicia desea que la oficina de Arpaio reciba adiestramiento en acción policial apegada a la Constitución y trato a presos con poco manejo del inglés.
También, pretende que la oficina reciba capacitación en detenciones de tránsito relacionadas con inmigrantes.