Pobres y Latinoamérica serán los más afectados

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El acuerdo para aumentar el techo de la deuda estadounidense incluyó recortes del gasto público entre $2,1 y $2,4 billones en 10 años y ello tendrá que repercutir en varios sectores de la sociedad.

Para Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, “los desempleados se verán aún más afectados debido a que los beneficios (por esa condición) se detendrán. Los programas sociales para los pobres también se verán seriamente afectados”.

Una lectura muy diferente hace Juan Carlos Hidalgo, del Cato Institute, de Washington.

“El Gobierno federal gastará más dinero en cada uno de los próximos 10 años que en el 2011. Lo que se acordó, muy acorde con la contabilidad creativa que predomina en Washington, es reducir el nivel del gasto basado en las proyecciones presupuestarias de la próxima década”, destacó.

En el punto en que sí coinciden ambos analistas es que los recortes en gastos de defensa no pondrán en peligro la seguridad nacional estadounidense.

“El presupuesto de defensa de Washington ha crecido tanto en la última década, que aún si todos estos recortes se materializaran (un escenario muy difícil), para el 2021 Estados Unidos gastaría en defensa lo mismo que gastaba en el 2007 (cuando estaba de lleno en dos guerras)”, explicó Hidalgo.

Los efectos de las decisiones políticas sobre el pago de deuda de Estados Unidos también se sentirán en América Latina.

Para Hidalgo, “el crecimiento latinoamericano de los últimos ocho años depende sobre todo del alto precio de las materias primas. Si hay un aumento en las tasas de interés de Estados Unidos, es probable que el precio de las materias primas caiga y esto ponga en aprietos a los gobiernos de la zona”.

Shifter lo ve de otra manera: “esta situación podría ser otro revés para la confianza de Latinoamerica en el manejo estadounidense de sus asuntos económicos. Reforzará la conclusión de muchos en la región de que EE. UU. es incapaz de poner en orden su propia casa”.