Pese a legado tóxico, República Dominicana se enfiebra con oro

Mina de Pueblo Nuevo operará otra vez luego de 13 años de estar clausurada

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Santo Domingo. AP Una de las operaciones mineras de oro más grandes del mundo está a punto de arrancar en la República Dominicana, donde la industria tiene un tóxico legado que contaminó, secó y tiñó ríos de rojo. Además, tampoco mejoró la vida de la población pobre del país.

Abandonada hace 13 años por la empresa estatal Rosario Dominicana, la mina Pueblo Viejo produjo solamente un desastre ambiental y un cúmulo de deprimidos pueblos montañosos.

Ahora, una inversión conjunta hecha por las dos empresas áureas más grandes del mundo, ambas canadienses, lanzará una operación mucho más grande en el lugar dentro de unas semanas.

Las autoridades prometieron que será del todo diferente al pasado y se encargarán de evitar el daño ambiental, además de subvencionar la limpieza de la contaminación anterior y dar millones de dólares al país, en la región minera de las boscosas montañas al norte de la capital.

Sin embargo, los escépticos están inquietos por el cianuro utilizado para procesar el mineral y dudan que operadores puedan garantizar las aseveraciones de que contendrán los residuos químicos en un país propenso a inundaciones; en especial en la época de huracanes.

“No estamos necesariamente contra la minería en República Dominicana, pero la industria ha sido su peor enemigo aquí”, dijo Luis Carvajal, biólogo en la Universidad de Santo Domingo y destacado crítico. Sin duda, el impacto de la mina será considerable.

Sin mucha inquietud. Pueblo Viejo Dominicana Corp. ha librado una extensa campaña para defenderse, admitiendo los problemas del pasado que la minera causó al país, pero por otra parte resta importancia a lo que considera son en gran parte temores infundados.

“La gente ha estado espantada, las personas tuvieron una mala experiencia y ahora depende de nosotros demostrar que podemos hacer lo contrario”, dijo Manuel Bonilla, presidente de la empresa conjunta, cuyo 60% pertenece a Barrick Gold Corp., de Toronto, y 40% a Goldcorp Inc., de Vancouver.

Las compañías socias han informado que el proyecto Barrick Pueblo Viejo comenzará a procesar oro en la segunda mitad de este año y que llevará de 12 a 18 meses alcanzar una producción completa de casi 1 millón de onzas (28,349 toneladas) anualmente.

También planea procesar plata, cobre, níquel y otros metales.

Otras empresas exploran en busca de metales en otras partes de República Dominicana, así como en el vecino Haití, donde la minería formal a gran escala probablemente esté a años de distancia.

República Dominicana posee otra mina más pequeña de oro y cobre, además de minas que producen níquel y bauxita.

República Dominicana y Haití, cada uno con una población de unos 10 millones de personas, son países muy distintos. República Dominicana, que ocupa dos terceras partes del este de la isla La Española, es más acaudalada y estable. Tiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Centroamérica, y es un destino de importancia en el Caribe.

Receta de ingredientes peligrosos . “La minería de metales es capaz de generar problemas ambientales incluso en países desarrollados y estables debido a que el sector depende de materiales peligrosos”, explicó Payal Sampat, director del programa internacional de Earthworks; una organización reguladora con sede en EE.UU.

“En Estados Unidos, la extracción de metales es una pequeña fracción del PIB y sigue siendo la principal industria de contaminación tóxica”, concluyó Sampat.

Esto pone a pensar a países como República Dominicana y Haití que están por adoptar la minería a gran escala sin todasla regulación y experiencia histórica.

“República Dominicana, por ejemplo, carece de normas ambientales sólidas, una importante razón por la que la minera estatal pudo causar tal destrucción en el pasado y por la cual tampoco ha habido un esfuerzo real para limpiar el desastre”, dijo Virginia Rodríguez, coordinadora de SalvaTierra; grupo local sin fines de lucro.

Rodríguez agregó que los planes de Barrick de utilizar 24 toneladas diarias de cianuro en el montañoso centro dominicano, origen de algunos de los ríos más importantes del país, la pone nerviosa.

“El riesgo es muy grande, más con una isla como esta, con un ecosistema tan frágil”, manifestó.

Los que apoyan el proyecto señalan que Pueblo Viejo será un gran motor para la economía del país. La inversión extranjera directa de casi $4.000 millones, es por mucho la más grande en la historia del país caribeño. Barrick será el mayor exportador de República Dominicana y sumará 2% al Producto Interno Bruto (PIB).

Por sí sola, afirman sus dueños, la mina producirá 2.000 empleos y la empresa asegura que unos 11.000 trabajadores estarán involucrados en la construcción, además de 10.000 puestos de trabajo indirectos que se abrirán.

“Este es un logro industrial importante para el país”, enfatizó Octavio López, director general de minería de la nación.

“Imagina lo que esto hará por nuestra economía aparte de la explotación de oro, con unos 10.000 empleos, 83% de ellos para pobladores de la isla”, agrega López.

Los análisis apuntan a que, si los precios del oro suben, la minería podría superar al turismo como principal generador de ingresos y cuyas regalías y ganancias representan hoy casi 5% del presupuesto del Gobierno.

La empresa pagará 3,2% de regalías por onza sobre las ventas netas después de que la producción comience, impuestos sobre salarios y un gravamen por la ganancia neta de casi 29% después de que recupere su inversión más por encima del 10%.

La empresa calcula que esto contribuirá al gobierno con unos $7.000 millones en los 25 años de vida útil de la mina, con un pago de 5% para los municipios que rodean la excavación.

La empresa indica que el ecosistema ha sido el mayor beneficiario del proyecto. Barrick gastó $4 millones limpiando la maquinaria desechada, construcciones levantadas con asbestos y otros escombros que quedaron cuando Rosario- antigua minera- cerró en 1999 por no poder explotar de manera rentable.