Londres. AFP Benedicto XVI efectuará a partir del jueves la primera visita de Estado de un Papa al Reino Unido, cuyo fin será calmar las tensiones entre la Iglesia Católica y la Anglicana, cinco siglos después del cisma de Enrique VIII.
Las relaciones con el anglicanismo, pero también con las otras iglesias cristianas en el territorio británico, serán el tema principal de este viaje de cuatro días, organizado en torno a la beatificación de John Henry Newman (1801-1890), uno de los más famosos conversos procedentes del anglicanismo.
Por primera vez en la historia, el Papa visitará al arzobispo de Canterbury Rowan Williams, líder espiritual de unos 70 millones de anglicanos en el mundo, en su residencia oficial de Lambeth Palace.
“Espero que esta ceremonia, que es el mayor evento ecuménico en la visita del Papa, sea una oportunidad para avanzar en la relación entre cristianos y para conducirnos hacia la reconciliación y la unidad de la Iglesia”, declaró el reverendo John Hall, deán (encargado) de la famosa abadía anglicana.
El Papa será recibido en la abadía de Westminster por su canóniga, Jane Hedges, reverenda y promotora de la campaña anglicana en favor de la consagración de las mujeres obispos.
Este tema y la apertura a la homosexualidad provocó fricciones entre las dos iglesias, y algunos anglicanos no han digerido aún el texto que Benedicto XVI promulgó a finales de 2009 para facilitar la conversión de los obispos y sacerdotes contrarios a la evolución de su propia Iglesia en diversos ámbitos.
Las autoridades católicas británicas y los expertos niegan que captar nuevos adeptos sea uno de los propósitos de esta visita de Estado, casi 30 años después de que Juan Pablo II pisara por primera vez suelo británico desde que Enrique VIII rompió con Roma en 1534.