Pakistaníes indignados con Ejército por omiso

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Abbottabad, Pakistán. AFP Cinco días después del ataque de Estados Unidos para liquidar a Osama bin-Laden, los pakistaníes están “indignados” con su Ejército, no por su incapacidad para encontrar al jefe de al-Qaeda, sino por permitir una “agresión” estadounidense en su país.

“Estoy indignado, encolerizado contra el Ejército, los servicios secretos, el Gobierno. ¿De qué nos sirve tener aquí todos estos campamentos militares?”, se pregunta Sardar Amir, de 35 años, y quien vive en la ciudad de Abbottabad donde un comando estadounidense mató a bin-Laden.

“Es una verguenza. Nuestro ejército debió derribar a los helicópteros estadounidenses”, se indigna Tahirulá, un estudiante de Medicina de 23 años.

Yakat Hussei, compañero de Tahirulá, no derrama una lágrima por bin-Laden, aliado de los talibanes pakistaníes cuyos innumerables atentados suicida dejaron más de 4.200 muertos en el país en cuatro años.

“El Ejército pakistaní debió detenerlo antes”, afirma.

Las miradas se vuelven ahora hacia el Estado Mayor, que –se sospecha– permitió actuar a Washington, cuyos miles de millones de dólares en ayuda mantienen al país y a sus tropas a flote.

Tras cuatro días de silencio, el Ejército hizo una declaración pública, el jueves por la noche, en la cual admite “insuficiencias” para conseguir información sobre el paradero de bin-Laden y amenaza a Estados Unidos con revisar su cooperación en caso de un nuevo ataque de este tipo.

Ayer el Ejército fue duramente criticado en una manifestación antiestadounidense de unas mil personas, convocada por un partido religioso conservador.