OTAN desplegará sistemas antimisiles Patriot en Turquía

Alianza afirma que medida es defensiva y no implica ninguna zona de exclusión

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In this Sunday, Dec. 2, 2012 photo, residents collect their belongings after their home was damaged due to heavy fighting between Free Syrian Army fighters and government forces in Aleppo, Syria. (AP Photo/Narciso Contreras) (Narciso Contreras)
Syrians walk past damaged homes during heavy fighting between Free Syrian Army fighters and government forces in Aleppo, Syria, Tuesday, Dec. 4, 2012. (AP Photo/Narciso Contreras) (Narciso Contreras)
Fogh Anders Rasmussen NATO Secretary General Anders Fogh Rasmussen speaks at a media conference during a meeting of NATO foreign ministers at NATO headquarters in Brussels on Tuesday, Dec. 4, 2012. NATO foreign ministers are expected to approve Turkey's request for Patriot anti-missile systems to bolster its defense against possible strikes from neighboring Syria. (AP Photo/Yves Logghe) (Yves Logghe)

Bruselas, Washington. EFE, AFP. La OTAN acordó ayer desplegar baterias interceptoras de misiles Patriot en Turquía, con el propósito de defender a ese país de posibles ataques desde Siria.

El visto bueno lo dieron los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN, quienes afirmaron –en una declaración escrita– que “cualquier despliegue será únicamente defensivo y no dará apoyo a ninguna zona de exclusión aérea u operación ofensiva”.

La medida se adoptó al tiempo que la Organización del Tratado del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no ocultó su preocupación por el posible uso de armas químicas por parte del régimen del presidente Bashar al-Asad.

El lunes, el presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió a Damasco que “una posible utilización de armas químicas sería totalmente inaceptable para la comunidad internacional”.

El calificativo lo retomaron los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, y Francia, Laurent Fabius.

La Alianza avisó que Siria se enfrentará a una “reacción inmediata de la comunidad internacional” si usaba armas químicas, posibilidad que la Cancillería de Damasco descartó el lunes.

Presente el martes en Bruselas, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, llamó a los occidentales a no “exagerar” los “rumores” sobre esta amenaza. Precisó que Moscú seguía opuesto al uso de ese arsenal.

Medida defensiva. El espaldarazo al despliegue de baterías Patriot en suelo turco no constituyó ninguna sorpresa.

La medida, recalcó la Alianza, tiene como objetivo exclusivo proteger el territorio y la población de Turquía, que ya ha sufrido repetidas agresiones desde Siria a lo largo del conflicto entre el régimen de al-Asad y la oposición.

Para la OTAN, el sistema antimisiles servirá como “disuasión efectiva” en la frontera.

Los Patriot son proyectiles tierra-aire, diseñados para interceptar misiles, con alcance de unos 150 km y la ventaja de que las baterías pueden moverse rápidamente y resistir interferencias electrónicas.

Mientras tanto, Rusia pidió a los aliados que no sobrestimen el peligro que puede plantear Siria para Turquía y aseguró que los obuses que impactaron en los últimos meses en suelo turco y que causaron la muerte de varios civiles, siempre fueron acciones accidentales.

Gran operación. En cuanto a la eventual neutralización de armas químicas en Siria, expertos en Washington resaltaron que habría que hacer incursiones aéreas y enviar fuerzas especiales en una operación de riesgo y sin garantía de éxito. debido a la posible diseminación del arsenal.

No hay respuesta militar simple, dijeron. El bombardeo aéreo de los centros de producción y almacenamiento conocidos podría “liberar sustancias químicas en la atmósfera” y no destruir todas las municiones, expuso Michael Eisenstadt, del Instituto Washington para la Política del Oriente Medio.

El acceso a ciertos sitios podría ser bloqueado por el bombardeo de la entrada de los búnkeres y al minado de las cercanías, usando bombas de racimo, opinó Eisenstadt.

“Es difícil imaginar un escenario viable sin enviar hombres por tierra”, comentó, por su parte, David Hartwell, analista de la firma de consultoría de IHS Jane.