OTAN abre cumbre de Bucarest bajo presión de Bush por Georgia y Ucrania

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BUCAREST (AFP) El presidente estadounidense, George W. Bush, llegó el martes a Bucarest con un fuerte apoyo a la candidatura de Ucrania y Georgia a la OTAN en la cumbre de la Alianza Atlántica que se abre el miércoles en la capital rumana, un tema que divide a los 26 aliados.

La ampliación de la OTAN a los Balcanes, la guerra contra los talibanes en Afganistán y un inédito encuentro con el presidente saliente ruso Vladimir Putin son los otros grandes ejes de esta nueva cumbre bianual que se celebra hasta el viernes próximo, la tercera en un país del ex bloque comunista tras Praga (2002) y Riga (2006).

"Apoyamos el MAP (Plan de acción con vistas a la adhesión) para Ucrania y Georgia", dijo el presidente Bush durante una corte visita a Kiev, donde se entrevistó con su homólogo ucraniano Viktor Yushchenko, antes de dirigirse a la capital rumana.

Bush negó además el "derecho de veto" de Rusia, que rechaza el ingreso en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) de esos dos países que formaban parte de la ex Unión Soviética y a los que considera bajo su órbita de influencia.

Pero no sólo Rusia se opone a la profundización del acercamiento de su enemigo durante la Guerra Fría con Ucrania y Georgia, que actualmente ya mantienen un "diálogo intensificado" con la OTAN.

Varios países aliados, encabezados por Francia y Alemania, tienen serios reparos y se niegan a aceptar esas candidaturas.

Mientras en el caso de Ucrania se pone en duda el verdadero apoyo de los ciudadanos ucranianos a la adhesión, Georgia está confrontada a graves problemas de separatismo en Abjasia y Osetia del Sur.

Desde París, el primer ministro francés, François Fillon, manifestó claramente la desaprobación de su país en nombre del "equilibrio de fuerzas en Europa y entre Europa y Rusia".

En vísperas de la cumbre, existe consenso en cambio para invitar formalmente a adherir a Albania y Croacia, que su sumarían a la alianza en un año, elevando a 28 el número de sus miembros.

De su lado, y pese a cumplir con todas las condiciones requeridas, Macedonia tiene pocas esperanzas de obtener esa invitación a raíz del veto de Grecia, que impide desde 1981 el reconcimiento internacional de su vecino bajo ese nombre, al que considera parte de su patrimonio histórico nacional.

Además de esta delicada cuestión de la ampliación, la OTAN buscará en Bucarest poner fin a sus divisiones sobre la necesidad de refuerzos militares para su complicada misión en Afganistán, y lograr apoyo internacional para los próximos años de guerra contra los talibanes.

En el discurso que tiene preparado para la apertura de la cumbre el miércoles, Bush afirmará que la "principal prioridad" de la OTAN debe ser la derrota del terrorismo, advirtiendo sobre el riesgo de dar marcha atrás con los compromisos en Afganistán.

"Si reducimos la presión, los extremistas van a restablecer zonas donde estarán en seguridad en el país (Afganistán) y los utilizarán para aterrar al pueblo afgano y amenazarnos", indicará Bush.

Según extractos de ese discurso difundidos el martes por la Casa Blanca, Bush instará además a Rusia a sumarse a Estados Unidos para desplegar un escudo antimisiles frente a posibles amenazas terroristas.

En efecto, la OTAN tiene previsto mantener el viernes una reunión inédita con el presidente saliente ruso Vladimir Putin, con quien tratarán temas polémicos como el despliegue de ese escudo en Polonia y República Checa.

Durante la cumbre, también podría tener lugar la primera reunión bilateral entre Bush y el presidente de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recientemente reelecto, en una señal de acercamiento tras cuatro años de frialdad.

La cumbre se llevará a cabo en el Palacio del Parlamento de Bucarest, delirante obra del ex dictador rumano Nicolae Ceausescu y considerado el segundo edificio más grande del mundo después del Pentágono, con una superficie total de 350.000 metros cuadrados.

El gobierno rumano ha previsto un gran operativo de seguridad en torno del edificio, en Bucarest y en otros puntos sensibles del país en el que participan 23.00 hombres, explicó el ministro rumano del Interior, Cristian David.

© 2008 AFP