Estados Unidos y Rusia se enfrascan en un toma y daca de sanciones y represalias

Washington ordena cierre de consulado en San Francisco y dos oficinas comerciales

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Washington

El "círculo vicioso" de las sanciones y represalias continúa entre Estados Unidos y Rusia, cuyas relaciones están en su punto más bajo: Washington ordenó este jueves el cierre del consulado ruso en San Francisco y Moscú denunció el hecho como una escalada.

Rusia tiene tiempo hasta el sábado para cerrar su consulado general en San Francisco, así como un anexo de su cancillería en Washington y otro adjunto a su consulado en Nueva York, ambos dedicados a asuntos comerciales, anunció el Departamento de Estado.

Esta decisión, que responde a la reciente orden de Moscú de reducir drásticamente el personal de las representaciones diplomáticas estadounidenses en Rusia, fue adoptada "en el espíritu de paridad invocado por los rusos", aseguró esa dependencia, que espera que no acarree "nuevas represalias".

Aunque la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca auguraba una mejora de las relaciones entre las dos potencias, estas no han dejado de deteriorarse sobre el fondo de acusaciones de injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y por sospechas de colusión entre el equipo de campaña del millonario republicano y Moscú.

En respuesta a las nuevas sanciones económicas decididas por el Congreso estadounidense y promulgadas a regañadientes por Trump, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó a finales de julio la reducción del personal que trabaja en la Embajada y los consulados norteamericanos en Rusia.

Un total de 755 diplomáticos y funcionarios, rusos y estadounidenses, tenían de plazo hasta el viernes para dejar sus funciones.

La presencia diplomática estadounidense en Rusia quedo reducida a 455 personas, al mismo nivel de la representación rusa en Estados Unidos.

El Departamento de Estado hizo saber este jueves que la disminución de personal había sido "llevada a cabo completamente" y que la entrega de visas en Rusia para viajar a Estados Unidos, que había sido suspendida por la reducción de personal, iba a reanudarse los próximos días aunque quedaría limitada.

Paridad diplomática. Los funcionarios estadounidenses tuvieron que abandonar a comienzos de agosto dos edificios diplomáticos cerca de Moscú y, según un alto responsable estadounidense, la réplica de Washington no implica la expulsión de diplomáticos rusos ya que el personal de los edificios que van a cerrar será asignado a otras misiones del país.

"Con estas medidas, cada país tendrá tres consulados (...) pero hemos decidido permitir al Gobierno ruso que guarde algunos anexos, en un esfuerzo por poner fin al círculo vicioso en nuestras relaciones", señaló el Departamento de Estado.

Washington pidió de nuevo una mejora de estas relaciones, que cayeron a su nivel más bajo desde el final de la Guerra Fría, a pesar de que ya eran malas en tiempos de Barack Obama, que expulsó a 35 diplomáticos rusos y a sus familias a finales del 2016.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, mantuvo una entrevista telefónica con su homólogo ruso, Sergéi Lavrov, y decidieron encontrarse en setiembre, probablemente al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, según un alto funcionario estadounidense.

"Ambos han expresado el deseo de encontrar una forma de mejorar nuestras relaciones", aseguró bajo petición de anonimato.

Tensiones en alza. Sin embargo, Lavrov afirmó en un comunicado este jueves "lamentar la escalada de las tensiones (...) iniciada", según él, por Washington. Las nuevas medidas "serán estudiadas con atención" por Moscú, que dará a conocer su "reacción", añadió, con lo cual dejó abierta la puerta abierta a nuevas represalias.

"Estados Unidos debe tener cuidado para que este ciclo no escape al control", consideró Boris Zilberman, experto sobre Rusia del grupo conservador estadounidense Foundation for Defense of Democracies.

"Se necesita que sea el último acto de este ciclo", añadió, al tiempo que estimó que la pelota para ir hacia un apaciguamiento de las tensiones estaba ahora en la cancha de Putin.

"La pelota está en la cancha de Washington", opinó, en cambio, el nuevo embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antonov. El diplomático llegó a Washington este jueves, el mismo día del anuncio de las sanciones estadounidenses.

Ambos países solo podrán cooperar si su diálogo se despoja de toda "presión" o "chantaje", advirtió Antonov en una entrevista publicada esta semana por el diario Kommersant.

Este jueves hizo un llamado a "revisar con calma la situación". "Como dijo Lenin, los reflejos histéricos no nos son de ninguna ayuda", agregó, según la agencia de noticias rusa Ria Novosti.