Miembros del Consejo de DDHH de ONU defienden organismo tras salida de Estados Unidos

Observadores creen que se multiplicarán de pedidos de investigación de la política israelí en los Territorios Palestinos

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Ginebra. Diplomáticos de todo el mundo defendieron el miércoles el Consejo de Derechos Humanos de la ONU luego de la decisión de Estados Unidos de retirarse de la instancia que considera como una “cloaca” de prejuicios de sus miembros y su “sesgo continuo” contra Israel.

El embajador esloveno, Vojislav Suc, que actualmente asume la presidencia rotativa del Consejo, describió la instancia con sede en Ginebra como el mejor lugar para actuar sobre las crisis que amenazan los derechos.

“Lo digo claramente: si las cuestiones de derechos humanos no se discuten aquí, tendrían pocas chances de ser tratadas eficazmente en otra parte”, dijo en la 38ª sesión del Consejo, al día siguente del anuncio estadounidense.

Suc elogió a la instancia, compuesta por 47 miembros elegidos por tres años, ”único órgano intergubernamental a cargo de temas de derechos humanos en el mundo”.

China, que en múltiples ocasiones expresó su apoyo a las instituciones multilaterales abandonadas por el presidente estadounidense Donald Trump, presentó el Consejo como “un órgano mayor (...) para promover la realización de los derechos humanos”.

“Todas las delegaciones le otorgan una gran importancia”, dijo el embajador chino, Yu Jianhua.

Los grupos de defensa de los derechos humanos acusan regularmente a China de intentar sofocar las críticas en su contra en el Consejo.

La Unión Europea se declaró “resueltamente comprometida con el Consejo de Derechos Humanos” y agregó que continuaría intentando solucionar los problemas de ese órgano a pesar de que Estados Unidos se retire.

El ministerio de Relaciones Exteriores ruso denunció el “cinismo grosero” de Estados Unidos y su “desprecio” hacia Naciones Unidas.

El Consejo de Derechos Humanos fue creado en 2006 para promover y proteger los derechos humanos en el mundo, pero sus informes contradicen a menudo las prioridades de Estados Unidos.

Israel, un punto fijo

En particular el hecho de que Israel sea el único país del mundo con un punto fijo (llamado punto 7) en el orden del día de cada sesión, es decir tres veces por año.

Según los observadores y los diplomáticos, el retiro de Estados Unidos, que frenaba toda condena de Israel, podría favorecer una multiplicación de pedidos de investigación de la política israelí en los Territorios Palestinos ocupados.

Detractores y amigos por igual interpretaron la decisión de Trump de desairar un organismo internacional más como una señal de que Washington echa por la borda su prestigio como defensor de los derechos humanos y autolesiona su imagen internacional.

Expresaron su apoyo al consejo, con todos sus defectos, y juraron que su labor continuará.

“Hemos perdido un miembro que ha estado en la vanguardia de la libertad durante generaciones”, dijo el embajador británico Julian Braithwaite. “Aunque coincidimos con Estados Unidos en la necesidad de reformas, nuestro apoyo a este Consejo de Derechos Humanos permanece inconmovible”.

Retiro histórico

El retiro estadounidense no tiene precedentes en la historia del organismo de 47 miembros, creado hace 12 años. Libia había sido expulsada hace siete años, pero ningún país se había retirado por propia voluntad.

La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, anunció la retirada el martes, calificándolo de “organismo hipócrita, preocupado solo por sus propios intereses, que se burla de los derechos humanos”.

Haley criticó al consejo por “su prejuicio crónico contra Israel” , señalando que incluye a países acusados de violar los derechos humanos como China, Cuba, Venezuela y República Democrática del Congo.

El asesor de seguridad nacional, John Bolton, dijo a Fox News que Estados Unidos “no necesita consejos de la ONU u otros organismos internacionales acerca de cómo gobernarnos” y que Trump había tomado la decisión hace varias semanas.

El máximo organismo de derechos de la ONU retomó, con los asientos de Estados Unidos vacíos, una sesión sobre ejecuciones sumarias y libertad de expresión.

Un diplomático occidental, que habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizado a hacerlo públicamente, dijo que la salida estadounidense podría ser un “big bang” para impulsar las reformas.

La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, elogió la “valiente” decisión de Estados Unidos, como “declaración inequívoca de que ya basta”.