Bosnia se rebela contra la pobreza y el desempleo

País vive espiral de violencia más grande desde guerras civiles de la década de 1990

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Sarajevo. AFP. La impotencia del poder en Bosnia para reactivar la economía y frenar el empobrecimiento de su población, con una de cada dos personas desempleadas, ha provocado la espiral de violencia más grave desde las guerras civiles de la década del 90.

“Esta exasperación se debe a una situación política completamente caótica y a una situación económica y social agravada”, dijo el analista Srecko Latal.

El Acuerdo de Paz de Dayton (Estados Unidos), que puso fin a la brutal guerra en Bosnia-Herzegovina (1992-1995), dividió el país en dos entidades, una serbia y otra croato-musulmana, e instauró una compleja estructura institucional, en donde serbios, croatas y musulmanes comparten el poder. Las administraciones regionales invierten el 65% de su presupuesto en pagar a sus trabajadores.

Según las ONG, la corrupción y el nepotismo salpican todas estas instituciones.

Las instituciones centrales, asimismo, viven casi de forma permanente situaciones de bloqueo, ya que cualquier decisión necesita el acuerdo de los líderes de las diferentes comunidades.

La comunidad internacional, que cuenta en Bosnia con un alto representante con poderes discrecionales, decidió desde el 2006 dejar de intervenir progresivamente en la vida política. Antes, los altos representantes imponían leyes o destituían a responsables políticos.

En una entrevista publicada ayer por el diario Kurier , el actual alto representante, el austríaco Valentin Inzko, indicó que “si la situación empeora” la UE podría enviar más soldados a Bosnia, aunque precisó que “por ahora no”.

Dos partidos políticos miembros de la coalición en el poder pidieron ayer elecciones legislativas anticipadas para calmar el descontento popular. Normalmente está prevista la celebración de elecciones legislativas en octubre.

Cierre de empresas. Unos 600 soldados se encontraban desplegados en Bosnia, en el marco de la operación Eufor-Alther, bajo el mandato de Naciones Unidas.

El movimiento comenzó en Tuzla, otrora la ciudad industrial más importante del país, en donde decenas de empresas cerraron, dejando a miles de personas sin empleo. Las protestas se extendieron después a la capital y a varias grandes ciudades, en especial las de mayoría musulmana.

Al término de las manifestaciones convocadas el viernes contra la pobreza y para reclamar la dimisión de las autoridades, se produjeron actos violentos que se saldaron con el incendio o la destrucción de instituciones regionales o municipales en varias ciudades del país.

Los jefes de gobierno de Tuzla, Zenia y Sarajevo dimitieron presionados por la calle. Cientos de policías y civiles resultaron heridos.

Algunos analistas advirtieron del riesgo de una explosión del descontento popular, si bien los bosnios se mostraron sorprendidos por las protestas. El desempleo afecta a 44% de la población, según la agencia nacional de estadística. Sin embargo, el banco central reduce este porcentaje al 27,5%, debido al elevado número de personas que trabajan en la informalidad.

Un bosnio de cada cinco vive por debajo del umbral de la pobreza, según estadísticas oficiales.

El salario mensual promedio es de 4572 dólares. Además, la economía creció alrededor de un 1% en el 2013, tras reducirse en medio punto en el 2012.