Nueva York. AFP. Los países occidentales presionaron ayer a Rusia para que acelere conversaciones sobre una resolución que propuso en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crisis en Siria.
Rusia, un aliado clave de Siria, y China vetaron una resolución europea en octubre. No obstante, Rusia sorprendió al Consejo la semana pasada con un proyecto que condena la violencia “cometida por todas las partes”.
La propuesta rusa fue calificada de “desequilibrada” por diplomáticos europeos y de EE. UU.
“La situación es dramática y el Consejo no tiene tiempo para perder”, aseveró el embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig.
“Urgimos a la delegación rusa a agilizar las negociaciones de su proyecto y llevar a cabo negociaciones serias y rápidas”, añadió.
La petición alemana se produjo debido a que, desde que Rusia presentó su proyecto de resolución el jueves, sólo ha habido un encuentro en el Consejo a nivel de expertos y el representante ruso, Vitaly Churkin , no había dado señales de convocar otro en los próximos días.
Tras esa petición del embajador alemán, el delegado ruso accedió a convocar una nueva ronda de consultas también a nivel de expertos a puerta cerrada, no de embajadores, y compareció ayer ante la prensa para señalar que la tardanza en la convocatoria se debió al hecho de que en la reunión del lunes se presentaron “numerosas enmiendas” al texto ruso.
Ese día, la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución que condena la situación de los derechos humanos en Siria y los 15 países del Consejo de Seguridad iniciaron negociaciones a partir de la propuesta de resolución presentada por Moscú.
Antes de la declaración Churkin, a inicios del día, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Bernard Valero, había solicitado a Rusia “acelerar el ritmo de las negociaciones de su proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad”.
La oposición siria solicitó también ayer una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y de la Liga Árabe, tras denunciar la muerte de 250 personas en menos de 48 horas.
De acuerdo con la ONU, los conflictos entre fuerzas gubernamentales, población civil y desertores del Ejército ya dejaron un saldo de más de 5.000 muertos desde el mes de marzo.