Observadores visitan el corazón de la revuelta siria

El ejército nacional suspendió los ataques en el principal bastión de los opositores

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Damasco. AFP. El ejército de Siria suspendió ayer sus ataques con los que castigó durante días a la ciudad rebelde de Homs y comenzó a retirar sus tanques, al mismo tiempo que observadores de la Liga Árabe visitaban la zona.

Grandes multitudes se volcaron a las calles poco después de la retirada, gritando que no se dejarán intimidar por la represión.

Videos aficionados mostraron a decenas de miles de personas inundando las calles de Homs, que estuvo sitiada durante varios días, para participar en un funeral. Cargaban un ataúd abierto que dejaba ver la cara de un hombre mayor con barba blanca.

Alrededor de 60 observadores de la Liga Árabe –los primeros observadores que el régimen del presidente Bashar al-Assad permite que ingresen a Siria después de nueve meses de reprimir las protestas contra el gobierno– comenzaron a trabajar ayer.

Llegaron para asegurar el cumplimiento de un plan de la Liga para poner fin a la violencia contra los manifestantes, la mayoría desarmados y pacíficos. La retirada de los tanques de Homs fue el primer indicio tangible de que Assad estaba cumpliendo los términos.

Después de firmar el plan la semana pasada, el régimen de Assad solo intensificó la violencia en lugar de reducirla, por lo que varios gobiernos condenaron su desacato. Los soldados dieron muerte a centenares de personas la semana pasada. El lunes, las fuerzas de seguridad mataron al menos a 42 personas, la mayoría de ellas en Homs, según la oposición.

La Capital de la Revolución. Un video aficionado difundido por activistas mostró a habitantes del tenso distrito Baba Amr de Homs mientras hablaban con los observadores árabes. “Somos un pueblo desarmado que está muriendo”, gritó uno de los residentes a un observador. Segundos después, se escuchaban disparos a la distancia mientras alguien gritaba: “Estamos siendo masacrados aquí”.

Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, está a unos 160 kilómetros al norte de Damasco y tiene 800.000 habitantes. Es el epicentro de la revuelta contra Assad. Muchos sirios se refieren a Homs como la “capital de la revolución”.

“Hoy está tranquilo, a diferencia de los días previos”, dijo el martes el activista opositor Mohamed Salé. “ Los ataques con cohetes se prolongaron durante días, pero ayer (lunes) fue terrible”.

El plan de la Liga Árabe aceptado por Assad la semana pasada requiere que el Gobierno retire sus fuerzas de seguridad y su artillería pesada de las calles, inicie conversaciones con los líderes de la oposición y permita el ingreso al país de periodistas y trabajadores de los derechos humanos.

Burhan Ghaliun, el principal líder opositor, pidió el domingo a la Liga que involucre en el esfuerzo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La ONU dice que más de 5.000 personas han muerto desde marzo por la violencia política. El régimen afirma que la violencia es responsabilidad de “grupos armados” que buscan sembrar el caos en el país.