Obispo descarta tregua entre pandillas en Honduras

Lo que las maras hicieron “es una declaración de principios de reconciliación con Dios, con la sociedad”, explica el prelado

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Tegucigalpa. (AFP). Rómulo Emiliani, obispo auxiliar de la ciudad hondureña de San Pedro Sula, impulsor de un diálogo entre las pandillas, descartó este viernes una tregua entre esos grupos que libran una cruenta disputa y siembran el terror en los barrios y ciudades de Honduras .

"No hay tregua entre pandillas", como en El Salvador, afirmó el obispo a la estación local HRN. En San Pedro Sula lo que "han hecho es una declaración de principios de reconciliación, con Dios, con la sociedad, con el gobierno y la policía; ambas pandillas han coincidido en eso, sin hablar entre ellos", dijo.

El pasado martes líderes de la Mara 18 (M-18) y Mara Salvatrucha (MS-13) que están presos en la cárcel de San Pedro Sula, 240 km de la capital, se presentaron ante periodistas para pedir "perdón a la sociedad y a las autoridades" y prometieron poner fin a la orgía de sangre a cambio de trabajo para reincorporarse a la sociedad, con apoyo de la Iglesia católica y la OEA.

Los cabecillas prometieron cesar la violencia en las barriadas donde pelean territorio entre ellas para el tráfico de drogas, asaltos, robos, secuestros, sicariato y otros crímenes, porque desde las cárceles ellos dirigen las bandas.

La rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, fundadora de un Observatorio de la Violencia y a su vez víctima de la violencia porque policías le mataron un hijo en octubre del 2011, advirtió en la estación radial HRN que "no puede haber tregua a cambio de impunidad".

"Si (las maras) estuviesen imponiendo condiciones eso significaría la pérdida total del Estado para someterse a ellos y (...) eso sería inaceptable", apuntó.

Pero Emiliani aclaró que "no se ha logrado tregua entre pandillas, ellos siguen en pie de guerra, lamentablemente es una solapada guerra civil entre los jóvenes hondureños con todos los medios más terribles".

"Yo no lo entiendo este odio tan terrible que hay entre jóvenes hondureños pobres, unos contra otros, no lo entiendo, no me cabe en la cabeza", subrayó el religioso.

Destacó que los líderes de una de las maras prometieron "cero crímenes" contra la población "y otra dijo no más extorsiones" porque "están en un proceso como de iluminación" ya que "no quieren que sus hijos sufran lo que ellos están sufriendo", pero advirtió que ese será un proceso largo que puede durar hasta décadas.

El religioso afirmó que el Estado ha participado "tímidamente", al señalar que el presidente Porfirio Lobo lo llamó hace tres días para darle "apoyo moral" pero "no ha habido ninguna presencia del gobierno".