Noriega reabre heridas y enfrentará más juicios

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Panamá. AFP. El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega cumple ayer su primer día de prisión en su país por el asesinato de opositores y a la espera de nuevos juicios, lo que reabre heridas en familiares de las víctimas y el debate de dónde cumplirá sus condenas.

Tras purgar 22 años en prisiones de EE. UU. y Francia por narcotráfico, un envejecido Noriega regresó el domingo extraditado por París y, en silla de ruedas, ingresó a la cárcel de El Renacer, a orillas del canal de Panamá, bajo un gigantesco operativo de seguridad.

El ex hombre fuerte de Panamá, de 77 años, fue visitado ayer en prisión por su hija, la abogada Lorena Noriega, quien, según la ministra de gobierno, Roxana Méndez, será quien dirija ahora su defensa.

“Tiene tres condenas pendientes y tres procesos pendientes”, manifestó el procurador José Ayú, al referirse a otras causas por violación de derechos humanos.

La Comisión de la Verdad documentó, en 2002, 110 casos de asesinados y desaparecidos en las dictaduras militares en los años 70 y 80, cuando Noriega fue primero jefe de los aparatos de inteligencia y luego gobernante de facto.

El retorno de Noriega , quien fue un agente de la CIA de 1968 a 1986 cuando Centroamérica era teatro de guerras civiles, revolcó amargos recuerdos para muchos que sufrieron en su régimen y por la cruenta invasión estadounidense que lo derrocó el 20 de diciembre de 1989.

“Cuando se lo llevaron de aquí, salió con esposas en manos y pies. Quiero ver al reo Noriega con su placa en el pecho, esposado y con grilletes”, declaró Aurelio Barría, líder de la Cruzada Civilista, que organizó las protestas en los años 80.

Ya con Noriega preso, el debate se encendió sobre vericuetos legales. Una ley permite a los mayores de 70 años cumplir su condena en la casa, pero las familias de las víctimas exigen una interpretación de la norma que considere de “lesa humanidad” sus crímenes y no pueda optar por ese beneficio.

Sin embargo el retorno del anciano exdictador pasa sin pena ni gloria para muchos. La mayoría de los 3,4 millones de panameños son jóvenes sin recuerdo de las desapariciones, represión de libertades o asesinatos, o ni siquiera habían nacido en la época.

“Panamá es un país joven. La edad de la gente es de 30 para abajo. A la gente le importa un bledo Noriega , le da igual”, dijo Héctor Miranda, un publicista de 27 años.

En la calle, la gente opina que el gobierno de Ricardo Martinelli lo repatrió para tender una cortina de humo sobre problemas de corrupción y otros tienen expectativas sobre secretos que Noriega podría revelar de políticos locales.