Amsterdam (DPA). El niño holandés de nueve años que sobrevivió a un accidente de avión en Trípoli regresó hoy a su país tras ser informado de la muerte de sus padres y hermano en el siniestro.
El niño fue trasladado en un avión especial libio con equipo médico y acompañado de dos médicos al aeropuerto militar de Eindhoven, que permaneció cerrado al público.
A bordo del Cessna 560 XL que lo trajo de vuelta a Holanda viajaban también un tío y una tía del pequeño, que volaron a Trípoli y le informaron de la muerte de sus padres y de su hermano en el accidente.
"Está bien en vista de las circunstancias", señala el comunicado de la familia.
En el accidente murieron el miércoles 103 personas. Ruben fue el único superviviente. Sufrió, entre otras heridas, fracturas en las piernas y una conmoción cerebral, y al principio no recordaba lo ocurrido.
La prensa llama a Ruben "el niño milagro de Trípoli" y hay un enorme interés en su historia.
"La familia al completo se ocupará del futuro de Ruben", señala la declaración de sus parientes. Serán sus abuelos quienes se hagan cargo de él. "Nos esperan tiempos difíciles. Y esperamos que los medios respeten nuestra esfera privada", añade el texto.
En el comunicado la familia agradece a los médicos y enfermeras del hospital de El Khadra por el tratamiento del niño. Tras aterrizar en el aeropuerto militar, Ruben fue transladado en una ambulancia con cristales tintados hasta un hospital especial.
Por otro lado, fuentes de la investigación del accidente de avión aseguraron hoy que a bordo de la nave no se registró fuego antes de que ésta se estrellara. Los restos de incendio que se localizaron en el lugar del siniestro pertenecen a un fuego iniciado tras el accidente, informó uno de los miembros líbios del comité de investigación.
El director de la investigación afirmó además ayer que el piloto no informó de ningún problema técnico a bordo de la nave. "No hubo nada inusual en las últimas llamadas entre la torre de control y el piloto", dijo Naji Daou al canal de televisión Al Arabiya.
Además de las cajas negras, los investigadores evaluarán también las declaraciones a la tripulación de un avión italiano que en el momento del accidente esperaba permiso para despegar y que por tanto presenciaron el siniestro desde muy corta distancia.