Nicolás Maduro utiliza la diplomacia del petróleo para ganar apoyo

Situación financiera de la petrolera estatal le podría traer problemas a mediano plazo

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Caracas (El País Internacional). Hugo Chávez redescubrió durante su mandato de 14 años una verdad que había pasado inadvertida para los Gobiernos venezolanos anteriores: el petróleo representa para el país una palanca poderosa de política exterior.

El exmandatario utilizaba el suministro de crudo y productos derivados como una amenaza de ruptura o promesa seductora frente a determinados países.

Ahora, con su pupilo Nicolás Maduro en la presidencia desde hace apenas diez días, esa política se profundiza e instaura como razón de Estado, a la vez que cobra utilidad táctica.

Ante el desafío interno de una oposición que se siente crecida e impugna los resultados electorales del 14 de abril, el frente internacional cobra importancia, y gravita la certeza de que hay apoyos que se pueden comprar con el llamado “oro negro”.

Maduro participó el sábado 19 de abril en la XIII Comisión Intergubernamental Cuba-Venezuela donde suscribió 51 acuerdos de cooperación, por los cuales La Habana seguirá suministrando a Caracas recursos humanos, servicios y tecnologías a cambio de cargamentos de petróleo o de divisas, procedentes de los ingresos de Venezuela por ventas de hidrocarburos.

Se calcula que a la isla llegan 100.000 barriles diarios desde puertos venezolanos, muchos de los cuales, según informaciones periodísticas, terminarían comercializados por el régimen castrista y sus operadores.

Todavía en campaña electoral, ya como presidente interino, Maduro solía anunciar que tenía apuntado en su agenda un compromiso para asistir a la Cumbre Mundial de Países Exportadores de Gas, de la que Vladímir Putin será anfitrión en Moscú, a principios de julio.

Para este fin de semana, el presidente de Venezuela ha convocado una cumbre de presidentes y jefes de Estado de Petrocaribe, en la turística isla de Margarita, en el Caribe venezolano.

Asistirán representantes de 16 países, asociados en torno a esa iniciativa, que ofrece a las pequeñas economías antillanas grandes facilidades para el pago de sus facturas petroleras.

Desde 2011 no se reunía este grupo. La actividad de esta diplomacia petrolera se hace frenética en la actual coyuntura, a pesar de que su principal soporte, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) , no las tiene todas consigo.

Según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo , Venezuela está produciendo menos de 2,7 millones de barriles diarios, menos de lo que admiten las autoridades venezolanas, mientras se incrementa la deuda financiera de la compañía y se le recarga con nuevas tareas de asistencia social.

Pareciera como si Maduro quisiera poner a prueba la realidad de un viejo dicho de la industria: el mejor negocio del mundo es la venta de petróleo, y el segundo mejor negocio es una venta de petróleo mal administrada.

Si no fuera cierto y la chequera se seca, algunas lealtades internacionales podrían empezar a fallar. Su propia supervivencia política va en esta apuesta.