Nacionalistas progresan en una Europa en crisis

Partido finlandés asciende en comicios de domingo a tercera fuerza política del país

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

BruselasAFPEl auge de los Verdaderos Finlandeses en las elecciones del domingo ilustra un avance generalizado de los partidos nacionalistas y euroescépticos en el Viejo Continente, desde Suecia a Francia pasando por Austria, en un contexto de crisis económica.

Los nacionalistas finlandeses, contrarios a la inmigración, se convirtieron en la tercera fuerza política, un logro que se “inscribe en un movimiento de repliegue nacional y populista en Europa que afecta a todos, incluso a los países más ejemplares”, destaca el presidente de la Fundación Robert Schuman, Jean-Dominique Giuliani.

Con su eslogan “Los finlandeses primero”, la formación se valió de la preocupación que el fenómeno de la inmigración suscita en Europa –pese a que solo el 3,1% de la población del país es extranjera– para atraer el voto, así como de la crisis económica que afecta a algunos Estados de la eurozona y ha forzado al resto de capitales a ser solidarias.

Así, los Verdaderos Finlandeses, liderados por Timo Soini, rechazaron durante su campaña la ayuda económica que la zona euro prepara actualmente para Portugal, tras rescatar el año pasado a Grecia e Irlanda.

Finlandia es “la prueba de que el euroescepticismo puede ganar y mucho”, se entusiasma Nigel Farage, presidente del Partido por la Independencia de Gran Bretaña (UKIP), miembro del grupo euroescéptico “Europa, Libertad, Democracia” del Parlamento Europeo.

“Hay motivos para inquietarse”, admitió el ministro sueco de Relaciones Exteriores, el conservador Carl Bildt, quien exhortó al vencedor de las elecciones legislativas finlandesas, el proeuropeo Jyrki Katainen, a no dejarse influir por los nacionalistas.

También en ese país nórdico los “Demócratas de Suecia” ingresaron el año pasado en el Parlamento Nacional, tras cambiar sus uniformes paramilitares por una carrera política detrás de un joven líder carismático, Jimmie Aakesson.

En Francia, la nueva presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, agita un programa antieuropeo y de retórica identitaria con miras a las elecciones presidenciales del 2012. En Austria, el líder del Partido de la Libertad (FPO), Heinz-Christian Strache, entona un rap de rechazo a la Unión Europea y el holandés Geert Wilders milita por prohibir el Corán.

Pese a mostrarse “profundamente convencido” de que Finlandia se mantendrá fiel a los valores europeos, el presidente del Partido Popular Europeo (PPE, conservador), Wilfried Martens, abogó ayer por “reflexionar sobre esta evolución y examinar sus causas”.