Muerte de líder talibán impediría las conversaciones de paz en Pakistán

El nuevo primer ministro, Nawaz Sharif, se ha mostrado dispuesto a negociar con los talibanes

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Islamabad (AFP). La muerte del número dos de los talibanes paquistaníes, Wali ur-Rehman, ultimado por un avión no tripulado estadounidense, constituye un duro golpe para el grupo islamista, pero también podría complicar las posibles conversaciones de paz con el gobierno paquistaní, según analistas.

Rehman murió el miércoles en una zona tribal del noroeste de Pakistán, anunciaron responsables paquistaníes.

El segundo del movimiento Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP, Movimiento de los talibanes de Pakistán) murió en Waziristán del Norte, alcanzado por un misil disparado por un dron estadounidense, indicaron.

Por lo menos seis personas murieron a causa de este disparo de dron , entre ellos un asistente de Rehman, indicaron a AFP fuentes de seguridad y militares paquistaníes.

Los talibanes del TTP, en lucha abierta contra las autoridades paquistaníes acusadas de apoyar la guerra estadounidense “contra el terrorismo”, multiplican los atentados desde 2007, principalmente en las regiones del noroeste, próximas a Afganistán.

Para el analista Saifullah Khan Mehsud, el fallecido talibán de 42 años era el primer dirigente respetado por todos los sectores del TTP desde la muerte en 2009 de Baitula Mehsud, fundador del TTP, quien también fuera ultimado por un disparo de avión teleguiado en 2009.

“Su muerte asesta un duro golpe al TTP. Perdieron a un estadista, un hombre que contaba con el apoyo de las tropas y creo que al TTP le costará mucho sustituirlo”, declaró el analista.

“Cuando examinamos el liderazgo (...) en el TTP, no vemos a nadie que supuestamente tenga la capacidad de sustituir a Wali ur-Rehman”, agregó.

En momentos en que el próximo primer ministro Nawaz Sharif, cuyo partido, la Liga Musulmana (PML-N), ganó ampliamente las elecciones de este mes, juzga posible llevar a cabo conversaciones de paz con los talibanes, la muerte de Wali ur-Rehman podría complicar las cosas, según el experto en temas de seguridad Rahimullah Yusufzai.

“Se lo solía considerar como un hombre que creía en las conversaciones”, afirmó el experto.

Para él, los vínculos del fallecido dirigente con la principal corriente religiosa, el partido Jamiat Ulema-e-Islam Fazl (JUIF), considerado un posible mediador en dichas conversaciones, posiblemente le hubiera permitido ser un interlocutor útil.

“Su eliminación de la escena sería un gran revés para los esfuerzos de paz”, afirmó Yuzufrai.

Se piensa que sería más difícil para las autoridades paquistaníes conversar con el principal dirigente del TTP, Hakimullah Mehsud.

“Se lo considera muy inestable y, dados sus crímenes contra el Estado paquistaní, sería muy difícil para Pakistán (...) conversar con alguien como él”, estimó el analista Saifullah Khan Mehsud.

Recientemente rumores se habían referido a un diferendo entre Rehman y Hakimullah Mehsud, pero luego se mostraron juntos en un video.

La muerte de Rehman, por la que Estados Unidos había ofrecido una recompensa de $5 millones, es un duro golpe para el TTP, del que era un comandante influyente desde la formación del grupo armado en 2007.

Rehman estaba especialmente acusado por Washington de haber sido uno de los actores claves del ataque contra la base de Chapman, en Jost, en Afganistán. Siete miembros de la CIA murieron en este ataque.

Responsables paquistaníes anunciaron varias veces en el pasado la muerte de Mehsud, pero luego se lo pudo ver vivo en videos.

Waziristán del Norte es una zona tribal paquistaní cercana a la frontera con Afganistán que sirve de refugio a los insurgentes talibanes, afganos y paquistaníes y a otros grupos relacionados con al-Qaeda.

Estados Unidos suele usar drones en esa zona.

Según el instituto británico Bureau of Investigative Journalism , los disparos de drones han matado 3.587 personas desde 2004 en Pakistán, entre ellas más de 800 civiles.