Santiago. AFP. El minero Luis Urzúa se convirtió ayer en el primero de los 33 rescatados de la mina San José en declarar ante un fiscal que investiga las responsabilidades de la empresa San Esteban, dueña del yacimiento, en el derrumbe que los sepultó por 69 días.
El interrogatorio a Urzúa, jefe de turno el día del derrumbe y el último en ser rescatado de la mina en el operativo de hace una semana, duró poco más de una hora y estuvo a cargo del fiscal regional de Copiapó (la ciudad más cercana al yacimiento), Héctor Mella.
Está previsto que el resto de los mineros rindan declaraciones en los próximos días.
“Vamos a interrogar a los mineros y a enviarlos al Servicio Médico Legal con la finalidad de constatar su estado y confirmar que no tienen lesiones atribuibles al derrumbe o si las tuvieron en algún momento”, detalló el fiscal.
“La idea es tener mayores antecedentes acerca de cómo se generó esta situación (el derrumbe) y contar con las declaraciones de ellos de manera directa”, agregó.
Mella, quien investiga el accidente que el 3 de julio le cercenó una pierna a Gino Cortez, trabajador de la mina de San José, decidió ampliar las pesquisas al derrumbe que un mes después sepultó a los 33 mineros rescatados.
El operativo de rescate de los mineros, sacados en buen estado de salud, fue seguido y elogiado en todo el mundo.