Ciudad de México. EFE Miles de personas llegaron ayer a la basílica de la Virgen de Guadalupe, patrona de los mexicanos, después de un largo peregrinar por estados del centro de México para pedir por la paz del país, sacudido por la violencia del crimen organizado que se ha cobrado 25.000 vidas desde hace cuatro años.
La peregrinación partió desde principios de este mes de julio de Querétaro y ha pasado por los estados de Guanajuato, Hidalgo y Estado de México y, según la prensa local, ha reunido en su trayecto a 18.000 mujeres, seguidas de un contingente de 30.000 hombres.
La Policía capitalina destacó para la vigilancia de esta peregrinación a 600 uniformados en los alrededores de la basílica.
Esta tradicional caminata se inició en 1886 y año tras año reúne a miles de fieles a la Virgen de Guadalupe, cuyo templo está erigido en el cerro del Tepeyac, en el norte de la capital mexicana.
“Miren cuanta violencia, inseguridad, extorsión, secuestros, robos, injusticias, corruptela, cuanta porquería por todos los rumbos del país, cuanta sangre derramada por todos lados”, dijo en su homilía monseñor Diego Monroy, vicario general de la Basílica.
Exhortó a los peregrinos a regresar a sus comunidades en el centro del país o, en el caso de los inmigrantes, a Estados Unidos como “promotores de paz” y contrarrestar la cultura de muerte.
El sábado, el presidente Felipe Calderón reconoció que la inseguridad pública es el principal desafío en el país porque amenaza la libertad, la democracia y la tranquilidad del pueblo mexicano.
En tanto, el nuevo ministro del Interior, José Francisco Blake, señaló que el gobierno federal va “a seguir luchando con determinación, con carácter, con responsabilidad para recuperar la paz y la tranquilidad”, que se ha robado el narcotráfico.