Madison, Wisconsin, EE.UU. AP. Partidarios de políticos republicanos que quieren recortar los derechos de los sindicatos se vieron las caras por primera vez ayer con manifestantes que se oponen a las medidas en una protesta de casi 70.000 personas frente al Capitolio estatal.
En el jardín frente al Capitolio, algunos agentes de policía se colocaron entre los partidarios del gobernador republicano Scott Walker y el mucho mayor grupo de manifestantes a favor de los sindicatos.
Las divisiones se deben a un proyecto de ley de Walker para reducir el déficit del estado mediante recortes de salarios, pensiones, beneficios de salud y derechos de negociación colectiva. Walker asegura que las medidas son necesarias para lidiar con un déficit estatal proyectado en $3.600 millones y dice que eso evitará los despidos de empleados estatales.
“ Celebramos elecciones y Scott Walker ganó”, dijo Deborah Arndt, de 53 años. “ Creo que nuestro gobernador prevalecerá. Tengo fe en él”, agregó.
La ultraderecha, organizada por el movimiento Tea Party, exhortó a sus seguidores a realizar una manifestación en apoyo a Walker.
El líder de la mayoría republicana del Senado estatal, Scott Fitzgerald, aseguró ayer que su bancada no se dejó influir por los manifestantes sindicalistas, que se han plantado frente al Capitolio desde el martes para protestar.
“ El proyecto de ley no es negociable”, dijo Fitzgerald dentro del Senado fuertemente custodiado. “La iniciativa será aprobada tal y como está”.
Los senadores demócratas de la legislatura estatal se fueron de Wisconsin para demorar la votación sobre el proyecto y amenazaron con ocultarse durante semanas si no se responde a sus pedidos de negociar. Ayer, ofrecieron aceptar las partes de la propuesta oficialista que duplica las contribuciones a los seguros de salud de los trabajadores y les exige contribuir a sus pensiones con un 5,8% de sus salarios. Esto, dijeron, se aprobaría siempre y cuando los trabajadores mantengan su derecho a negociar con el estado como parte de un sindicato.
La policía de Madison calculó que 60.000 personas o más se encontraban fuera del Capitolio y unas 8.000 estaban dentro.